domingo, 3 de abril de 2011

Tantra el Poder de la Diosa - La Sanación del Vientre Femenino 3ra y Ultima Parte

"De esta forma, la sanación de nuestra mente, nos lleva a encarnar quien realmente somos, por una parte, y a evitar las manifestaciones físicas en forma de enfermedad, por otra.

Sanar es “desatar” las causas. Comprender y liberar el pasado, no repitiendo en el presente las actitudes que previamente originaron los problemas. Por eso es tan efectiva la terapia de regresión.

A través de regresar al pasado de esta vida o de vidas anteriores, comprendemos desde una visión más amplia de la historia de la vida, lo que nos permite entonces liberar nuestra mente a través del perdón. Cuando la mente “ha comprendido”, la sanación física se produce.

Sanar la mente es sanar el cuerpo porque mente y cuerpo no están separados. Cuando sanamos el cuerpo, cuando llevamos consciencia a una parte de nuestro cuerpo, activamos la parte del cerebro, antes dormida o bloqueada, que controla esa parte del cuerpo.

De manera que cuando sanamos el cuerpo “conscientemente” (no a base de medicamentos, “irresponsablemente”) también estamos sanado la mente, activando partes de nuestro cerebro antes dormidas o bloqueadas, liberando y elevando el nivel de nuestra mente, ampliando sus horizontes y elevando nuestra consciencia.

La sexualidad tántrica puede ser una ayuda poderosa en el camino de sanación del vientre femenino, pues revierte el proceso de la enfermedad del desamor que inunda las células del vientre femenino.

Cuando una mujer hace el amor con “penes emocionales”, con penes compulsivos y egoístas, que no saben estar presentes amorosa y desinteresadamente dentro de su vientre, está acentuando la herida.

El contacto con el pene de un hombre que ha sanado o que está en el camino consciente de sanación, que ha abierto su corazón, que ha integrado en él mismo la energía femenina, la energía de la Diosa, comienza, sin embargo, a purificar el vientre femenino.

Comienza a darle “nueva información”, esta vez desde la consideración, desde el amor. Por eso es muy importante para cualquier mujer en el camino de sanación consciente, ser cuidadosa en sus relaciones.

No se trata de represión, de negar ahora el derecho de libertad sexual, tan arduamente conseguido; sino de una toma de consciencia de “lo que estamos haciendo”.
Pasado el tiempo, tan necesario, después de siglos de locura de represión, de la liberación sexual de los hippies, estamos ahora en otro lugar, donde debemos empezar a tomar responsabilidad sobre las verdaderas consecuencias de lo que hacemos.
“Id y no pequéis más” decía el maestro Jesús, después de una curación, utilizando ese lenguaje bíblico tan desafortunado del “pecado”. Frase que no hacía si no exponer esto mismo: sánate y una vez sanado, se consciente para no repetir los viejos esquemas que te llevaron a la enfermedad."

Publicado por Jesús Gómez (Keshavananda) en la revista "Verdemente", Enero-2005.

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