La tradición hindú hizo del acto de respirar una ciencia, el pranayama, en que se entiende que la profundidad, el ritmo, las fases de la respiración producen efectos sobre el ser humano integral. Así la respiración, según su modo, es utilizada para tranquilizarse, activarse, concentrarse, armonizarse.
La respiración es entendida como un acto que va mucho más allá de la toma de oxigeno y expulsión de CO2, puesto que al inspirar integramos una energía vital, el prana, que se distribuye por todo el sistema físico, nutriendo y vitalizando el cuerpo y la mente. Así es como relacionan muchas enfermedades físicas, (por falta de energetización a los órganos), y psíquicas (como la depresión) con una mala respiración. De acuerdo a este conocimiento empírico, trabajado a través de milenios, los efectos inmediatos de una respiración deficiente son irritabilidad, cansancio y stress, puesto que el respirar afecta directamente al sistema nervioso.
Una respiración completa respeta las 4 etapas (inhalación, retención, exhalación, vacío…), llenando completamente los pulmones.
Observen cómo están respirando en este momento? por qué no integrar una práctica de respiraciones en la mañana, antes de empezar el día. Si estas se acompañan de visualizaciones positivas y/o de movimientos pueden constituir una fuente importante de salud y armonía.
"La conexión de las fosas nasales con el organismo
Las fosas nasales están conectadas con el cerebro, correspondiendo la fosa nasal derecha con el hemisferio izquierdo y la fosa nasal izquierda con el hemisferio derecho. La respiración a través de las fosas nasales tiene una influencia directa en la actividad cerebral.
Como demuestran varios estudios neurocientíficos, el lado derecho del cerebro es el encargado de regular las funciones “espaciales”, entendiendo como tales conceptos como la imaginación o la intuición. El lado izquierdo es responsable de las funciones analíticas, entre las que se encuentran la lógica o el lenguaje. Así, los efectos de la respiración consciente por las fosas nasales pueden estimular y afectar la conducta cerebral, ajustando los bioritmos y equilibrando las emociones.
Además, al respirar por las fosas nasales y no por la boca, estas hacen de filtro natural frente a las partículas de polución y contaminación, reduciendo su inhalación." (suite101.net)
Se han estudiado las 4 fases del respirar y su relación con la actividad sicológica. Al inhalar simbólicamente estamos incorporando al mundo, siendo receptivos y dejándonos penetrar por ideas, por el modo de ver y sentir de otros, por el medio. Al retener estamos incorporando el oxigeno y la energía al organismo y por tanto es importante darle tiempo a esto, guardar unos segundos el aire en los pulmones, metafóricamente alude a los tiempos en que estamos procesando, incorporando lo nuevo en nosotros. Al exhalar, sacamos de nosotros lo que no nos sirve, lo gastado, lo que nos hace daño, en el vacío estamos completamente receptivos, cuidando el espacio hueco como un tesoro que después podrá ser llenado de vida nueva. Respirar es una vivencia microcósmica que le recuerda a nuestro inconsciente los pulsos naturales de la vida y quizás para recuperarlos podríamos comenzar por actos tan simples como volver a prestarle atención.
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