martes, 4 de septiembre de 2012

Mente abierta


"La mentalidad abierta se sana a sí misma de los excesos a través de su sanador interior, que le dicta el antídoto directamente a su corazón, y le dice que los excesos no son necesarios, cuando se acepta y se vive la amorosa Verdad del Espíritu, el exceso te aleja de esa verdad, porque te deja inmerso en el sufrimiento de la ilusión.
 
Así la persona que se ata a la ilusión, cree que ve, estando ciego, pero esta ceguera no es de los sentidos, sino del alma, porque sólo percibe la fachada, y esta disposición lo sumerge aún más a seguir atado a lo que esta fachada provee a cada individuo, para que transite esa experiencia.

Una mente abierta se siente unida a la danza cósmica del universo visible e invisible, está aquí y allá, y la fuerza a la que llamamos Dios le da al alma, todo lo que está como herencia, dispuesto para señorearse y no para atarse, o sea para expresarse como alma. Un alma libre no se ata a los logros u obtenciones, como única vía de realización genuina, el alma sabe que todo es temporario y no eterno en este plano.

El hombre atado estará condicionado según sus logros u obtenciones, se esclaviza a las cosas temporarias y desconoce lo eterno e infinito, de donde se origina todo lo creado.

En la sociedad en que vivimos, hasta parece tonto basarse en algo invisible y parece no lograrse nada. Pero si tenemos ojos para ver, una mente abierta se da cuenta de que esa fuerza invisible es la que reviste las cosas de este y todos los planos, es donde se originan las flores, es el antes del nacimiento de esa flor, es el antes de nuestro pensamiento y nacimiento, esa fuerza da lugar y espacio a todo lo creado. Como siempre lo que parece tonto es en lo que se basa la Paz del Maestro iluminado y lo que el sistema social no encuentra. A pesar de esto, hay que respetar las decisiones de cada uno, respetar sus tiempos y espacios, pero también es muy importante estar alertas a lo que nuestra Alma necesita y pide, mas allá del entorno en el que estemos.

No hablo de una fantasía espiritual, puesto que el espíritu no se alberga como una fantasía sino como la realidad original, hablo de saber y sentir realmente que existe, y profundizar en el encuentro de nuestro Ser Interior y dejarnos guiar por Él, para que nos dicte el camino a seguir y que nos señale dónde nuestro espíritu se sentirá en plenitud y libertad.

Ninguna relación es más real que esta intimidad con nosotros, ni ver ese espacio inexplorado y desconocido, que solo será reconocido cuando nos animemos a indagar esa parte de Dios que somos, y que es infinita e inigualable con cualquier manifestación con las que el hombre se rodea y obnubila, olvidando cual es la Verdadera Fuente de Vida.

Allí es donde se encuentran las verdades que tanto ha buscado el hombre, durante toda su estadía en este plano, una y otra vez, encarnación tras encarnación. Seguiremos allí en los laberintos o callejones, hasta que no nos demos cuenta de esto.

¿Cómo encontramos ese espacio interior? La respuesta es: ¡Sin los condicionamientos de la mente!
Es tan simple como querer entrar a una habitación estando adentro. Toda conspiración solo se encuentra en la dimensión de nuestra mente y sistema de pensamiento. No tenemos que salir a buscar nuestro interior, ¿verdad? sólo tenemos que darnos cuenta de que ya estamos dentro, con nuestra mas profunda intención de estarlo y permanecer allí. Los sentidos se multiplicarán hacia lo infinito y bello, como un profundo estado de Paz interior permanente.

Existirá quizás, la tentación salir a buscar respuestas, porque puede parecer hasta la vía más fácil para aquel que no acostumbra a sentir su interior, a escuchar su voz interna, pero estas no serán respuestas duraderas, ni darán la sensación de plenitud que se siente cuando el alma está presente en nuestra decisión. Si estamos en nuestro camino, nos daremos cuenta porque este nos conduce a nuestras respuestas profundas del alma. Alguien nos dirá lo siguiente: “El camino está dentro de ti, en tu corazón es donde tu Alma se expresa”.

El silencio es la fuente de todo sonido, el silencio es la fuente de Paz de nuestra Alma, también la libertad es la fuente. Recuerdo esa frase que dice: “Si amas algo déjalo libre”. Para activar nuestra capacidad de estar en paz, hay una forma “simple”: Deja tu mente racional totalmente libre, para hacer lo mejor que sabe hacer: pensar... y como arte de magia aparece el silencio en nuestro interior, para que el alma se exprese. Si, así. Quédate como un simple espectador que espera maravillarse con la película que esta a punto de ver, si observas te maravillaras con la perfección de nuestra mente, libérala, no la ates y veras la magia del silencio.

Inténtalo, no perderás en última instancia más que dos minutos, que es lo que te llevará activar tu espacio amoroso. Ese espacio donde somos Dios. Ninguna palabra puede alcanzar ese espacio, ninguna acción, ninguna meta, logro o resultado aparente, como el momento de regocijo del silencio, libertad para que la Paz nazca en nosotros.

Todos estamos listos y preparados para realizarlo, no hay requisitos, puesto que todos los que estamos aquí lo hacemos, todos pensamos y maravillarse, es lo que el observar produce. Todo maestro observa la Perfección y provoca la próxima manifestación del espíritu. Por esto el maestro vive en paz, y la incertidumbre no lo perturba, porque observa la maravilla de la perfección, aún en el pensamiento racional."

Fuente: Revista “Quinto Elemento”.

El Alma...


"El alma no se inventó a sí misma. Es una presencia del mundo divino, donde la inti­midad no tiene límites ni barreras.
 
No puedes amar a otro si no estás empeñado al mismo tiempo en la obra espiritual, hermosa pero difícil, de aprender a amarte a tí mismo. Cada  uno de nosotros tiene al nivel del alma un manantial enriquecedor de amor. En otras palabras, no necesitas buscar fuera de ti el significado del amor. Esto no es egoísmo ni narcisismo, obsesiones ne­gativas sobre la necesidad de ser amado. Por el contrario, es el manantial del amor en el corazón. Por su necesidad de amor, las personas que llevan una vida solitaria suelen tro­pezar con este gran manantial interior.

Aprenden a despertar con sus murmullos la profunda fuente interior de amor. No se trata de obligarte a amarte a ti mismo, sino de ser re­servado, de incitar a ese manantial de amor que constituye tu naturaleza más profunda a surcar toda tu vida. Cuando esto sucede, la tierra endurecida de tu interior vuelve a ablandarse. La falta de amor lo endurece todo. No hay mayor soledad en el mundo que la del que se ha vuelto duro o frío. El resentimiento y la frialdad son la derrota final.

Si descubres que te has endurecido, uno de los dones que debes otorgarte es el del manantial interior. Incita a esta fuente interior a que se libere. Remueve el sarro dentro de ti a fin de que poco a poco, en una bella osmosis esas aguas nutricias penetren e inunden la arcilla endurecida de tu cora­zón. Donde antes había tierra dura, yerma, impermeable, muerta, ahora hay crecimiento, color, nutrición y vida que fluyen del hermoso manantial del amor. Ésta es una de las formas más fecundas de transfigurar la negatividad que hay en nosotros.

El mayor don que el nuevo amor trae a tu vida es el despertar del amor oculto en tu interior. Te vuelve independiente. Ahora puedes acercarte al otro, no por necesidad ni con el aparato agotador de la proyección, sino por auténtica inti­midad, afinidad y comunión. Es una liberación. El amor debería liberarte. Te liberas de esa necesidad ávida y abrasadora que te impulsa continuamente a buscar afirmación, respeto y significación en cosas y personas fuera de ti. Ser santo es hallar la propia patria, poder descansar en esa casa de comunión y arraigo que llamamos alma."

Fragmento del libro "Anam Cara: El libro de la sabiduría celta",  John O´Donohue.

La intimidad con los otros


"Cuando dos amantes se abren realmente el uno al otro, cuando no se tienen miedo ni se esconden nada... eso es la intimidad. Cuando pueden decirlo todo sin temor a herir u ofender al otro... Si el amante piensa que el otro se sentirá ofendido, entonces la intimidad no es lo suficientemente profunda. Entonces es una especie de convenio, que cualquier cosa puede romper. Pero cuando dos amantes empiezan a sentir que no hay nada que ocultar y que se puede decir todo, y que la confianza ha llegado a tal grado que si uno no lo dice el otro lo sabrá, entonces empiezan a ser uno.
 
La vida es un peregrinaje, y a menos que se alcance el amor, sigue siendo un peregrinaje, que no lleva a ninguna parte. Continúa en círculos, y jamás llega el momento de plenitud en que se puede decir: "He llegado. Me he convertido en aquello por lo que vine. La semilla se ha realizado en las flores."
 
El amor es la meta, la vida el viaje. Y un viaje sin meta es necesariamente neurótico, fortuito, carece de dirección. Un día irás hacia el norte y otro día hacia el sur; todo será casual, puedes llegar a cualquier parte o a ninguna. Serás como una madera a la deriva a menos que tengas clara la meta. Puede ser una estrella muy lejana, eso no importa,pero debe estar clara. Una meta lejana: eso está bien, pero debe estar allí. Si mantienes la vista enfocada en ella, un viaje de diez mil kilómetros no es demasiado largo. Si sigues la dirección debida, incluso el más largo de los viajes no será problema, pero si sigues una dirección errónea, o no  sigues  ninguna dirección,  o  sigues  todas  las  direcciones  al  mismo  tiempo, la  vida  empezará  a desmoronarse.
 
En eso consiste la neurosis: un desmoronamiento de la energía, en no saber adonde ir, ni qué hacer, ni qué ser. No saber adonde ir, no saber qué ocurre, deja un vacío interno,una herida, un agujero negro, del que emanará un constante temor. Por eso viven temblando las personas. Pueden ocultarlo, pueden taparlo, no mostrarlo a nadie, pero viven atemorizadas. Por eso temen tanto la intimidad con otro: quizá el otro vea el agujero negro en su interior si le permiten una intimidad demasiado estrecha. La palabra intimidad tiene raíces latinas: deriva de intimum. Intimum significa lo interior, el centro más profundo. A menos que tengas algo ahí, no podrás intimar con nadie.

No puedes permitir que  se dé la intimidad, porque los demás verán el agujero, la herida y el pus que sale de ella. Verán que no sabes quién eres, que estás loco, que no sabes adonde vas. Que ni siquiera has prestado oídos a tu propio canto, que tu vida es un caos, no un cosmos. De ahí el miedo a la intimidad.

La intimidad  consiste en permitir que el otro entre en ti, que te vea como te ves tú, que te vea desde dentro, en invitarle a ver lo más profundo de tu ser.

El amor es la meta, y una vez que tengas clara la meta, empezarás adesarrollar una riqueza interior. La herida desaparece y se transforma en un loto. Es el milagro del amor, la magia del amor. El amor es la mayor fuerza alquímica del mundo. Quienes saben utilizarla pueden llegar a la cima más alta, a Dios. Quienes no saben utilizarla siguen arrastrándose por los oscuros recovecos de la existencia, sin alcanzar jamás las cimas soleadas de la vida."

Osho

La vida es el arte del encuentro


"Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho, si digo “manzana” no es la maravilla innombrable que enamora el verano, Si digo “árbol”, apenas me acerco a lo que saben las aves; el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.

Sé que la palabra no es el hecho, pero sí se que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.
Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.

Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí.

Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.
De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (o al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir “basta” al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.

Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse instantaneamente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.

Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.

Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento?
 Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?.

No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas “no puedo” ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.

Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.

El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia.
Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente."

Facundo Cabral

lunes, 3 de septiembre de 2012

El Árbol...


Hace mucho tiempo existía un enorme nogal. El niño quería con locura a su nogal y el nogal correspondía con el mismo cariño hacia el niño. Todos los días, el niño jugaba alrededor de él y el nogal se sentía feliz viendo jugar a su amigo.

Pero el tiempo pasaba y el niño creció.
Un día, el niño, por fin, regresó al lado del árbol y escuchó que éste le decía tristemente:

Amigo mío ¿vienes a jugar conmigo?”. Y el niño le contestó:
 Ya no soy un niño, soy un adolescente y con lo que me gusta y quiero jugar es con juguetes de verdad, pero no tengo dinero para comprarlos.

Lo siento, dijo el árbol, No tengo dinero que darte……Pero, amigo, sí tengo la solución a tus problemas: Coge todas mis nueces y las vendes. De esta manera tendrás suficiente dinero para comparar tus juguetes.

El adolescente se sintió muy feliz. Tomó las nueces, las vendió, y pudo comprar sus juguetes. El árbol volvió a ser feliz. Pero el adolescente olvidó de nuevo al árbol. No volvió a jugar con él después de comprar sus juguetes y el árbol amigo volvió a estar triste.

Mucho tiempo después, el muchacho regresó… El árbol, feliz de volver a verle, le preguntó: ¿Vienes a jugar conmigo?.

No tengo tiempo para jugar, le respondió. Debo trabajar para mantener a mi familia. Necesito comprar una casa para compartir con mi esposa y mis hijos. ¿Puedes ayudarme?”

El árbol, con tristeza, le contestó: Lo siento, sólo puedo ofrecerte mis ramas. Córtalas y podrás construir tu casa.

El joven cortó las ramas del árbol y con ellas se hizo una casa.

También le cortó el tronco y construyó un bote. Luego se fue a navegar durante un largo periodo de tiempo y, finalmente, después de muchos años, regresó.

Cuando volvió a encontrarse con el árbol, este le dijo: Lo siento mucho, pero ya no tengo nada más que darte. El anciano replicó: No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar… Ya estoy viejo y cansado.

El árbol, lleno de lágrimas, le respondió: Ya no puedo darte nada más. La única cosa que me queda son mis raíces muertas.

El viejo amigo del nogal sólo tenía fuerzas para hablar: Ahora ya no necesito mucho, sólo un lugar para descansar. Estoy muy agotado, después de tantos años de navegar.

Entonces, el árbol le ofreció sus viejas raíces, porque creía que eran el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven, siéntate conmigo y descansa.

El anciano se sentó junto al árbol, y éste, derramó lágrimas de felicidad.

Moraleja: Esta puede ser la historia de cada uno de nosotros.

El árbol representa a nuestros padres. Cuando somos niños les amamos y jugamos con ellos. Pero cuando crecemos les dejamos. Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o tenemos problemas. Ellos siempre están dispuestos a darnos todo lo que tienen y hacernos felices. Nuestros padres nos dan todo y nada piden.

Tú puedes pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero es así como generalmente nosotros tratamos a nuestros padres.

Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y no sólo recordarles con nostalgia cuando se hayan marchado.

Si ya no están con nosotros, que la llama de su amor viva por siempre en nuestros corazones y sus recuerdos nos den fuerza para cuando estemos cansados.