lunes, 4 de abril de 2011

Entrégate al amor!

Con el mundo tan agitado de hoy día se hace difícil pensar en el erotismo dentro de las parejas, lo opacan las obligaciones, el trabajo, los compromisos, los niños, el cansancio, el estrés...
Se deja a un  lado el arte de conquistar, el tocarse, el sentirse, la sensualidad, el atreverse.
Pareciese que las relaciones de pareja no tienen nada que ver con los amantes, se olvida como tener relaciones sexuales, caen en la monotonía, el desgano, la apatía.
Existe el temor entre las parejas de confesarse la pérdida del deseo sexual, porque esto lleva a pensar que se ha perdido igualmente el amor, y, por su puesto, que la separación de la pareja es inevitable.  La base del deseo sexual no es el amor es el erotismo. El erotismo posee sus propios recursos y no tiene edad de caducidad. Podemos ser eróticos a los 18, a los 20, a los 30, a los 65...
Dice Tomas Moore en su libro "El Alma del Sexo" que para volver a dar vida al cuerpo erótico, debemos sentir el cuerpo sutil que también está hecho a base de fantasías, de imaginación, que necesitamos avivarlo con ternura y dulzura, trato suave y galante, sutiles pasos de baile, ratos de ocio y llenar los espacios de mágica atmósfera.
En la india conciben el erotismo no como una descarga, sino como la posibilidad de
sostener el placer. Por eso en la sexualidad se requiere del pulso del universo, de gracia, de ritmo, de ondulación. No se pierde el erotismo, se apaga, se inhibe.
Los prejuicios y creencias pueden estar diciendo que "ya no estás para eso", pero el cuerpo, la psiqui, reclama contactos sexuales que a veces se acallan dejando de pensar en ellos o invirtiendo todas las energías en otras actividades.
Somos seres sexuales, es parte de lo que somos. Independientemente de la edad, en cada etapa de la vida las relaciones sexuales, el erotismo tienen su lugar, su forma, su estilo. No tengas relaciones sexuales solo por tenerlas, estarás corrompiendo tu esencia. Entrégate a ellas, planifícalas, busca la forma de reavivarlas en tí en tu pareja. Es un momento sagrado donde confluyen las almas, es parte de nuestra naturaleza. Disfrútalo y vívelo!

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