miércoles, 19 de diciembre de 2012

Felices Fiestas!!!


Cada vez que respiramos nos llenamos de vida y eso es un verdadero milagro! Cada instante podemos decidir nuestro rumbo replantearnos, energizarnos o permitir que nos invada la tristeza y desazón.

Al abrir esta página deseaba compartir con otras almas un momento de solaz, mi intención fue tener la oportunidad de que en esa retroalimentación, que en esa nueva respiración que tomamos existiera un motivo, un impulso; y que ese impulso nos llevara a compartir, alcanzarnos, tocarnos el alma, amarnos, sentirnos, percibirnos... Que ese contacto se convirtiera en un nuevo hilo que contribuyera a mantenernos conectados con nosotros mismos, con nuestro Ser Interior, con la Fuente de Creación, con la Divinidad, que nos relleva a reencontrarnos; con la sólida convicción de que no estamos solos que desde el inicio hemos pertenecido a la Unidad Perfecta, que al desprendernos de esa Unidad sentimos la separación, punto de partida del miedo, produciéndonos dolor, angustia, desasociego, odio, culpa y toda la gama de estadios que se desprenden del miedo.

No estamos para convencer o ser convencidos, criticar o ser criticados, enseñar o aprender, imponer o trasgredir a nadie. Sólo estamos para amarnos y aceptarnos, con nuestras debilidades y nuestras fortalezas, con esas hermosas diferencias donde confluye el aprendizaje y la aventura; desde el corazón y con el amor como motor.

En estos días las energías de la paz y la buena voluntad aumentan su vibración y nos llena el Ser con un toque extra de amor. Deseo que cada respiración que tomes sea una nueva apertura, que el viento sople suavemente sobre tu mente alejando los tules que tapan la esencia de tu aventura terrenal, que el frío de este solsticio de invierno refresque el camino y proteja esas nuevas semillas que germinarán en la primavera, que no falte miel en tu mesa, ni amigos para compartirla, que en alma que se acerque tengas la oportunidad de reconocerla, que cada situación que vivas
te deje el alma plena de entendimiento, que un buen libro tu compañero, que simplemente te permitas SER y VIVIR!

No te tomes nada tan en serio que te duela, todo pasa, nada es permanente, no actúes desde el miedo sino desde el amor. Recuerda que aquél que supuestamente te hirió tiene al igual que tu mucho miedo...

Quiero darles las gracias, desde el alma, desde la Unidad... Gracias por el compartir, gracias por aceptar y respetar las diferencias, gracias por los post, los comentarios, la alegría, la solidalidad, por ese click en "me gusta", por estar... Por el amor!!!

Felices fiestas mis querid@s amig@s! GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! Bendiciones y mi amor desde mi SER! Abrazos de alma a alma!

Cierra los ojos, respira profundamente, concéntrate, abre la caja de regalo que aquí te dejo y en ella encontrarás el primer paso a dar para alcanzar tus sueños, la vida es mágica, todo lo que deseamos está al alcance de nuestras manos, sólo tienes que CREER... Te quiero!

FELICES FIESTAS!!!

domingo, 9 de diciembre de 2012

La raíz de la violencia - Alice Miller


En momentos tan convulsos como los que estamos viviendo, donde los cambios se generan a un ritmo vertiginoso sin darnos tiempo en muchos casos a asimilarlos del todo, se puede observar con gran inquietud que  la violencia parece tener tomadas las riendas en la sociedad llevando el control en todos los asuntos relacionados con la interacción del ser con su medio. Lamentablemente, este tema no es un fenómeno individual, sino una manifestación de un fenómeno de la sociedad en sí misma y sus raíces quizás estén sembradas más cerca de lo que podemos considerar. 

En todos los ámbitos se genera violencia en forma consciente o inconsciente, dentro de las instituciones, familia o individuo. No solamente se habla de agresión física, también puede ser psicológica. La primera consideración que surge es que se trata de una fuerza injustamente ejercida que se aplica a un ser para sacarlo de su situación normal; deduciéndose por lo tanto, que cuando se obliga a alguien hacer lo que no quiere, con una fuerza a la que no puede oponerse, estamos en presencia de violencia. 

En función de esto, me encontré buscando información que me sirviera de base para tratar este álgido tema y encontré este artículo escrito en el año 2008 por Alice Miller. Invetigando a la autora pude obtener una vista general del trabajo que ha venido realizando: Alice realizó sus estudios en Basilea, donde obtuvo en 1953 su doctorado en filosofía. Ejerció su profesión de psicoanalista en Zurich pero la abandonó para consagrarse por completo a la investigación sobre la infancia. En 1986 recibió en Nueva York el premio Janusz Korczak.

Gracias a sus investigaciones sobre la infancia, Alice Miller ha comprendido que la violencia ejercida sobre los niños conduce a la violencia global que reina en el mundo entero, sobre todo si se empieza a pegar a los niños en los primeros años de su vida, justamente en el momento en el que se construye su cerebro. Incluso si las consecuencias escandalosas son evidentes, la sociedad no las percibe y aún menos las tiene en cuenta. Ahora bien, la situación es fácil de comprender: los niños no tienen derecho a defenderse de la violencia de sus padres y están obligados a suprimir y reprimir las reacciones naturales a la agresión de sus padres como la cólera y la angustia. Sólo siendo adultos pueden descargar esas fuertes emociones sobre sus propios hijos, o en ciertos casos, sobre naciones enteras.

Dejo a continuación los 12 puntos que Alice ha listado como la raíz de la violencia, pueden emitir sus comentarios si tienen a bien o compartir la información. Podemos sembrar semillas que nos lleven a una convivencia alejada de la violencia y sus terribles consecuencias. 

Un beso!
Tammy.

La Raíz de la Violencia - 12 Puntos


  1. Cada niño viene al mundo para expandirse, desarrollarse, amar, expresar sus necesidades y sus sentimientos.
  2. Para poder desarrollarse, el niño necesita el respeto y la protección de los adultos, tomándolo en serio, amándolo y ayudándolo a orientarse.
  3. Cuando explotamos al niño para satisfacer nuestras necesidades de adulto, cuando le pegamos, castigamos, manipulamos, descuidamos, abusamos de él, o lo engañamos, sin que jamás ningún testigo intervenga en su favor, su integridad sufrirá de una herida incurable.
  4. La reacción normal del niño a esta herida sería la cólera y el dolor. Pero, en su soledad, la experiencia del dolor le sería insoportable, y la cólera la tiene prohibida. No le queda otro remedio que el de contener sus sentimientos, reprimir el recuerdo del traumatismo e idealizar a sus agresores. Más tarde no le quedará ningún recuerdo de lo que le han hecho.
  5. Estos sentimientos de cólera, de impotencia, de desesperación, de nostalgia, de angustia y de dolor, desconectados de su verdadero origen, tratan por todos los medios de expresarse a través de actos destructores, que se dirigirán contra otros (criminalidad, genocidio), o contra sí mismo (toxicomanía, alcoholismo , prostitución, trastornos psíquicos, suicidio).
  6. Cuando nos hacemos padres, utilizamos a menudo a nuestros propios hijos como víctimas propiciatorias: persecución, por otra parte, totalmente legitimada por la sociedad, gozando incluso de un cierto prestigio desde el momento en que se engalana con el título de educación. El drama es que el padre o la madre maltratan a su hijo para no sentir lo que le hicieron a ellos sus propios padres. Así se asienta la raíz de la futura violencia.
  7. Para que un niño maltratado no se convierta ni en un criminal, ni en un enfermo mental es necesario que encuentre, al menos una vez en su vida, a alguien que sepa pertinentemente que no es él quien está enfermo, sino las personas que lo rodean. Es únicamente de esta forma que la lucidez o ausencia de lucidez por parte de la sociedad puede ayudar a salvar la vida del niño o contribuir a destruirla. Esta es la responsabilidad de las personas que trabajan en el terreno del auxilio social, terapeutas, enseñantes, psiquiatras, médicos, funcionarios, enfermeros.
  8. Hasta ahora, la sociedad ha sostenido a los adultos y acusado a las víctimas. Se ha reconfortado en su ceguera con teorías, que están perfectamente de acuerdo con aquellas de la educación de nuestros abuelos, y que ven en el niño a un ser falso , con malos instintos, mentiroso, que agrede a sus inocentes padres o los desea sexualmente. La verdad es que cada niño tiende a sentirse culpable de la crueldad de sus padres. Y como, a pesar de todo, sigue queriéndolos, los disculpa así de su responsabilidad .
  9. Hace solamente unos años, se ha podido comprobar, gracias a nuevos métodos terapeúticos, que las experiencias traumatizantes de la infancia, reprimidas, están inscritas en el organismo y repercuten inconscientemente durante toda la vida de la persona. Por otra parte, los ordenadores que han grabado las reacciones del niño en el vientre de su madre, han demostrado que el bebé siente y aprende desde el principio de su vida la ternura, de la misma manera que puede aprender la crueldad.
  10. Con esta manera de ver, cada comportamiento absurdo revela su lógica , hasta ahora ocultada, en el mismo instante en que las experiencias traumatizantes salen a la luz.
  11. Una vez conscientes de los traumatismos de la infancia y de sus efectos podremos poner término a la perpetuación de la violencia de generación en generación.
  12. Los niños, cuya integridad no ha sido dañada, que han obtenido de sus padres la protección, el respeto y la sinceridad necesaria, se convertirán en adolescentes y adultos inteligentes, sensibles, comprensivos y abiertos. Amarán la vida y no tendrán necesidad de ir en contra de los otros, ni de ellos mismos, menos aún de suicidarse. Utilizarán su fuerza únicamente para defenderse. Protegerán y respetarán naturalmente a los más débiles y por consecuencia a sus propios hijos porque habrán conocido ellos mismos la experiencia de este respeto y protección y será este recuerdo y no el de la crueldad el que estará grabado en ellos.


Alice Miller, 2008

domingo, 2 de diciembre de 2012

La espiritualidad


Todos buscamos algo y no sabemos realmente qué es. Todos queremos encontrar alguna cosa, aunque no sabemos muy bien qué, y como todos buscamos, vamos a distintos centros y buscamos distintas personas y distintas terapias y sentimos que necesitamos encontrar algo que no tenemos. Y a pesar de estar constantemente buscando, a veces parece que lo hemos encontrado, pero dura poco.

Al cabo de un cierto tiempo de tener esa sensación temporal de satisfacción, como no dura, de nuevo buscamos otra cosa. Es como si tuviéramos que reafirmarnos con cierta regularidad.

Se ha investigado no hace mucho tiempo -y me resulta muy interesante ese estudio porque tiene que ver con la identidad personal de uno mismo- cómo te ves cuando te reconoces a ti mismo. Se ha realizado el estudio en dos grupos, hombres y mujeres, y preguntaban a las mujeres cuántas veces al día tenían que mirarse al espejo para contentarse con su imagen: de 50 a 60 veces al día para asegurarse de que su imagen seguía bien. Aunque pocos hombres se miraban al espejo de 50 a 60 veces al día, se descubrió que la mayoría usaban el espejo unas 30 veces al día. Es constante el tener que levantarse y sentarse o moverse; cada vez que te cambias te reafirma ver que sigues igual que cuando te arreglaste. No es bastante maquillarse una vez al día o peinarse sólo por la mañana. La imagen que quieres dar constituye una parte muy importante.

A la gente le resulta difícil comprender qué es espiritual y qué no lo es. Creo que lo espiritual es la verdad, la realidad de la verdad y cómo encontrarla en ti mismo. Y hay cierta similitud con aquellos que buscan en el budismo o los que buscan nuevas ideas espirituales, porque aunque hayamos entendido algo en alguna ocasión, no nos satisface y tenemos que seguir buscando e ir a otro lugar para asegurarnos de que ese conocimiento espiritual que hemos adquirido es el correcto. Así que la búsqueda es constante también en lo espiritual.

Sin embargo, no nos interesa demasiado esa realidad: buscar en nuestro interior. Y en cuanto a la auténtica verdad, tampoco parece muy fácil afrontar la verdadera realidad. Creo que nos gusta más mantener nuestro ego; la realidad no nos es muy útil. Por supuesto que si hablamos de la verdad relativa y la verdad absoluta, lo que pensamos que es verdad, la experiencia, no lo es y lo que parece falso no es tan diferente.

No obstante, desde un plano más cotidiano podemos decir fácilmente qué es verdadero y qué es falso según lo que creemos a nivel espiritual acerca de lo bueno y lo malo. En general lo falso, quizá no siempre pero la mayoría de las veces, es aquello que está basado y relacionado con el propio ego. Éste a veces es útil, pero en la mayoría de ocasiones no es verdadero ni provechoso, no es realmente útil. Podemos llamar verdad o verdadero a lo que es útil y se basa menos en el ego, y está menos condicionado por una noción rígida de nuestro ego. Así pues, tener menos ego es más útil y poseer más ego da más rigidez y tiene menos utilidad.

Aunque tengas ego, úsalo correctamente. El camino o la práctica espiritual tiene que ver con la comprensión, con adquirir comprensión; no con incrementar nuestro ego. No quiero decir que tengamos que erradicar completamente nuestro ego, sino más bien procurar o conseguir que no interfiera en la vida de los demás ni tampoco en la nuestra. No se trata de deshacernos del ego, sino de ser más considerado. Aunque tengas ego, úsalo correctamente.

A menudo oímos decir a las personas: "Yo no puedo ser espiritual porque soy muy mala persona" o bien: "no puedo ser un practicante porque no tengo tiempo". De manera que marcamos una división muy tajante, muy rígida entre nosotros y nuestras acciones y por eso pensamos que somos malas personas y no podemos ser espirituales. La espiritualidad no significa que tengamos que ser personas completamente puras.

Aunque alguien sea malo, hay una parte de bondad y, por tanto, un camino a seguir porque hay una semilla de bondad. Y cuando uno dice que no tiene tiempo de practicar y por lo tanto, no puede ser un practicante, esto tampoco es así, ya que no se trata necesariamente de estar siempre sentado recitando plegarias y haciendo prácticas en algún lugar. Este tipo de actividad es una parte del camino, pero lo más importante tiene que ver con nuestra mente, con uno mismo.

Todos aquellos que tienen mente, pueden cultivar la espiritualidad. Un solo pensamiento positivo es la base para el desarrollo espiritual. A veces nos sentimos deprimidos y creemos que somos tan malos, que no hay nada bueno en nosotros y nos deprimimos aún más, pues pensamos que no practicamos nada, pero si nos analizamos minuciosamente, aunque a lo largo del día tengamos muchos pensamientos negativos hacia nosotros mismos y para los demás, de vez en cuando aparecen una serie de cosas buenas; por ejemplo, a lo mejor estamos muy enfadados con alguien, pero de pronto vemos a una persona cargada y pensamos en ayudarla a trajinar un peso. Quizá dura sólo unos segundos y continuemos deprimidos, pero luego pensamos en ofrecerle una taza de té. Y eso es también positivo. No hay nadie que constantemente tenga sólo pensamientos negativos.

Por otra parte, puede haber personas que crean que hacen todo lo correcto, que son tan buenas, que no tienen malos sentimientos hacia otros, pero puede que a lo largo del día les surja uno o dos pensamiento negativos y piensen: "Uf, estoy demasiado cansado, no tengo ganas de ayudar a esa persona a llevar las bolsas" o bien "Uf, ahora estoy muy cansado para hacerle un té, pero si le apetece, ¡que se lo haga ella!"

Por tanto, no hay personas positivas al cien por cien o personas totalmente negativas y nada más. Y en nuestras manos está qué queremos cultivar. Depende de nuestra atención que crezcan y se acumulen en nosotros los aspectos positivos o los negativos.

Creo que la práctica no debería ser algo para beneficiar a otros, sino que debe entenderse que es para cada uno de nosotros. El modo de practicar no debería depender mucho de formas externas, sino que ha de llevarse a nuestro interior. No se trata de cuántas plegarias has recitado hoy ni de la práctica formal, sino de trabajar con tus emociones, contigo y con el presente, con tu experiencia de lo que te ocurre y hacerlo con atención. Si actúas así, mantienes la práctica todo el tiempo y no te alejas de ella; pero si centramos nuestro desarrollo espiritual sólo en el aspecto externo, en prácticas ceremoniales, entonces, por supuesto, será muy difícil de encontrarlo en nuestra vida moderna y además se tardará mucho más en conseguir algo.

Debemos llevar la práctica a nuestra vida. Pienso que la práctica es un modo de vida y que la hacemos en nuestro propio beneficio. En el océano hay mamíferos enormes como las ballenas que no tienen movimientos muy rápidos, pero no han de quedarse quietas en un lugar para comerse un pez. Cuando abren la boca y se mueven, todos los peces van al estómago y no tiene que ir a buscarlos. Todo lo que les entra, lo digiere su estómago. Nosotros deberíamos hacer algo similar: que nuestra práctica sea un modo de vida. Si no, somos como el pescador que tiene que ir a comprar una caña y material especial para cierto tipo de pez y encontrar cierto tipo de gusanos para pescar otra clase de pez, y se ha de instalar en un sitio y esperar allí cuatro o cinco horas para conseguir un único pez, y a veces ni siquiera eso. Así, desperdicia todo su tiempo. Si haces de la práctica una forma de vida, puede que pierdas menos el tiempo. Creo que los practicantes del dharma son como los pescadores, en el sentido de que consideran la práctica como ir a pescar. Cuando uno actúa así, piensa: "este es un pez tipo arco-iris" o "éste es de otra clase", "éste no tiene buen sabor" o "éste es distinto y quizá tenga mejor sabor". Entonces se basan mucho en el sabor y dicen "esto es zen y puede que no convenga" o "esto es teravada y quizá no sea muy bueno", "esto es mahayana, vajrayana..." Al final no tienen nada y pierden todas las posibilidades. Intentan pescar algo y acaban sin ningún pez. Sin embargo, no importa realmente a qué tipo de escuela pertenecemos, siempre que nos sea provechosa, que trabaje con nuestra mente, ya sea zen, teravada, vajrayana, mahamudra o dzogchen. Si intentamos pescar para llenar el estómago, no importa realmente si el pez es arco iris o no; el propósito es alimentarse y de eso se trata. El dharma es práctica, no es sólo un nombre. No debería ser algo muy elaborado y tiene que practicarse en nosotros, para nosotros, no para los demás.

El dharma es parecido: debemos aplicarlo con regularidad, no que lo haga el maestro por nosotros. El maestro no puede mejorar nuestra mente, aunque sí aconsejarnos, guiarnos, pero somos nosotros quienes hemos de tratar con nuestra mente cada día de nuestra vida La enseñanza principal de Buda consiste en domar nuestra mente, examinarla, ver lo bueno y lo malo, qué sucede con ella, reconocerla. Y eso algo es algo que no pueden hacer los demás por nosotros. A veces la gente viene a verme y preguntan: "¿puede decirme cuál es el estado de mi salud?" ¡Cómo voy a saberlo yo! Tú deberías saber si tienes buena o mala salud; es una pérdida de tiempo preguntarle a alguien, porque tú has convivido contigo mismo desde que naciste hasta ahora, cada día. En cambio, yo te conozco sólo durante uno o dos minutos, así que ¿cómo voy a saber si tienes buena o mala salud? El dharma es parecido: debemos aplicarlo con regularidad, no que lo haga el maestro por nosotros. El maestro no puede mejorar nuestra mente, aunque sí aconsejarnos, guiarnos, pero somos nosotros quienes hemos de tratar con nuestra mente cada día de nuestra vida. Por lo tanto, es muy importante practicar el dharma con regularidad, todo el tiempo. Si practicamos sólo una vez al año, no podemos progresar.

No deberíamos emitir juicios teniendo en cuenta cuántos años se ha practicado y pensar que si llevamos 20 años, ahora ya debemos ser muy sabios o si alguien se ha pasado muchos años en retiro, tiene que ser una persona excelente. Sin embargo, el tiempo que uno lleva practicando no tiene nada que ver con su evolución; si no somos capaces de aplicar el dharma cada día de nuestra vida, no hay forma de mejorar, si nos ponemos una o dos veces al año, no obtendremos mucho provecho.

Por lo tanto, si de verdad deseas cambiar algo en tu vida para que sea más positiva, te has de responsabilizar y aplicar todo el tiempo lo positivo, cada día. Además, todas las personas tienen sus pautas kármicas y si alguien tiene un karma positivo, aunque no practique mucho, quizá su semilla es lo bastante buena y necesite esforzarse muy poco; pero si tiene una semilla kármica mala, puede que tarde muchos años o toda una vida en notar algún progreso y parezca que no lo hay. Sin embargo, eso no significa que no se haya mejorado; si se comprende totalmente la causa y el resultado del karma, ése es un gran avance. Muchas veces estos progresos no son visibles de modo superficial, por eso no se deberían juzgar. Siempre tenemos que hacer todo lo posible por respetar a los demás y no emitir demasiados juicios porque todos tenemos que experimentar nuestras pautas kármicas.

Akong Rinpoche

sábado, 1 de diciembre de 2012

No reacciones


El verdadero problema es que uno acaba siendo engañado por sus propios engaños.

Hablas de compasión... En India hablamos mucho de compasión, no-violencia; todo el mundo piensa que es no-violento, pero si observas los actos de una persona, sus relaciones, sus gestos, es violento. Pero no es consciente de que es violento. Puede que sea violento incluso en su no-violencia. Si está intentando obligar a otros a ser no-violentos, eso es violencia. Ser auténtico significa que se debe comprender y tener en cuenta cuál es la verdadera disposición: no las ideas, no los principios, sino la disposición. ¿Cuál es la disposición de ánimo? ¿Se es violento? ¿Se está enfadado?

Eso es lo que quiere decir Shiva cuando afirma que seas auténtico. Ten conocimiento de lo que es real, tu realidad, porque sólo una realidad se puede cambiar. Si quieres transformarte a ti mismo, debes conocer tu realidad. No puedes cambiar una ficción. Eres violento y piensas que eres no-violento: entonces no hay ninguna posibilidad de transformación. Esa no-violencia no está en ninguna parte, así que no puedes cambiar. Y la violencia está ahí, pero no eres consciente de ella, así que ¿cómo la vas a cambiar?

Primero conoce la realidad tal como es. ¿Cómo conocer la realidad? Percíbela sin tus interpretaciones.

Entonces puedes hacer muchas cosas para producir en ti un cambio, porque las realidades se pueden cambiar; las ficciones no se pueden cambiar. Entra en ti y observa todo to que haces o piensas. Descubre la realidad, y no dejes que las interpretaciones y las palabras la coloreen, la embellezcan.

Si existe esta consideración, con el tiempo te volverás auténtico. Y esta autenticidad no será como la de un animal. Esta autenticidad será como la de un santo, porque cuanto más sepas lo feo que eres, cuanto más sepas lo violento que eres, cuanto más te adentres en tu realidad y tomes consciencia de las tonterías que estás haciendo, más te ayudará esta consciencia. Y con el tiempo tu fealdad se marchitará, desaparecerá, porque si eres consciente de tu fealdad, ésta no puede continuar.

No puedes ocultar tu fealdad a los demás. Sólo puedes ocultártela a ti mismo. Tu mirada pondrá de manifiesto a todos que hay violencia. Sólo puedes engañarte a ti mismo con que había compasión.

Deshazte de tus interpretaciones y mira la realidad de lo que eres. Y no tengas miedo: hay mucha fealdad ahí. Si tienes miedo, nunca serás capaz de cambiarla. Si esta ahí, acepta que está ahí: considérala.

Eso es lo que significa consideración: considérala, mírala en toda su desnudez. Obsérvala toda, vete hasta sus raíces, analízala. Ve por qué está ahí, cómo la alimentas, cómo la proteges, cómo ha crecido hasta llegar a ser un árbol tan grande. Ve tu fealdad, tu violencia, tu odio, tu ira, cómo la has protegido, cómo la has ayudado a crecer hasta ahora. Mira sus raíces; mira todo el fenómeno.

Y Shiva dice que si la consideras totalmente, puedes dejarla inmediatamente, ahora mismo, porque eres tú quien ha estado protegiéndola. Eres tú quien ha estado ayudándola a arraigarse en ti. Es tu creación. Puedes dejarla inmediatamente; ahora mismo. Puedes dejarla, y entonces no hay necesidad de volver a mirarla. Pero antes de poder hacer esto, tendrás que conocerla: lo que es, todo el mecanismo, toda su complejidad, cómo la ayudas en todo momento.

Si alguien te dice algo insultante, ¿cómo reaccionas? ¿Has pensado en ello alguna vez: en que puede que tenga razón quien te insultó? ¡Entonces mira! Puede que tenga razón. Existen todas las posibilidades de que él tenga más razón con respecto a ti que tú con respecto a ti mismo, porque él está distanciado, distante; él puede observar.

Así que no reacciones. ¡Espera! Dile: «Consideraré lo que has dicho. Me has insultado, y consideraré cuál es la realidad. Puede que tengas razón. Si tienes razón, entonces te daré las gracias. Deja que lo considere. Y si encuentro que no tienes razón, te lo diré». Pero no reacciones.

Y recuerda:
La reacción nunca puede estar en lo cierto. iNunca puede estar en lo cierto! Si me insultas, creas la posibilidad de que me enfade. Y cuando estoy enfadado, no soy consciente. Diré algo que nunca he pensado sobre ti. En este mismo instante, debido a tus insultos, reacciono de manera violenta. Un momento después puede que me arrepienta.

No reacciones: considera los hechos. Y si tu consideración es total, puedes dejar cualquier cosa. Está en tus manos. Eso está ahí porque tú te estás aferrando a ello. Pero puedes dejarlo inmediatamente, y no habrá represión; recuerda. Si has considerado un hecho, nunca hay ninguna represión. O te gusta y continúas con ello, o no te gusta y lo dejas.

Osho.