viernes, 10 de junio de 2011

El tamaño de las personas

Los tamaños varían,conforme el grado de compromiso.

Una persona es enorme para uno,
cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla,
cuando trata con cariño y respeto,
cuando mira a los ojos y sonríe inocente.

Es pequeña cuando solo piensa en si misma
y le hace creer a los otros que piensa en ellos,
cuando se comporta de una manera poco gentil,
cuando no apoya, cuando abandona a alguien justamente
en el momento en que tendría que demostrar
lo que es más importante entre dos personas:
La Amistad, el compañerismo, el cariño, el respeto,
el celo y asimismo el amor.

Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida,
cuando busca alternativas para tu crecimiento,
cuando sueña junto con vos…

Cuando trata de entenderte aunque no piensen igual. 

Una persona es grande cuando perdona,cuando comprende,
cuando se coloca en el lugar del otro,
cuando obra no de acuerdo con lo que esperan de ella,
pero de acuerdo con lo que espera de si misma.

Una persona es pequeña cuando se deja regir
por comportamientos clichés.

Cuando quiere quedar bien con todos,
cuando maneja a la gente como un titiritero
y lamentablemente siempre hay gente
que no tiene convicciones y se deja manejar…

Una misma persona puede aparentar grandeza
o pequeñez dentro de una relación,
puede crecer o disminuir,
en un corto espacio de tiempo.

Una decepción puede disminuir el tamaño
de un amor que parecía ser grande.

Una ausencia puede aumentar el tamaño
de un amor que parecía ser ínfimo.

Una decepción puede terminar con el respeto por alguien…
de muchos… Una acción correcta puede enaltecer a otro.
Es difícil convivir con esta elasticidad:
las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos.

Ya que nosotros no juzgamos a través de centímetros
y metros, sino de acciones y reacciones,
de verdades o falsedades, de expectativas y frustraciones.

Una persona es única al extender la mano,
y al recogerla inesperadamente, se torna otra.

El egoísmo unifica a los insignificantes,
a los perdedores, a los falsamente llamados diplomáticos.

No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un título o mucho dinero
lo que convierte a una persona en grande… es su honestidad,
su decencia, su amabilidad y respeto
por los sentimientos se intereses de los demás.

Por su sensibilidad sin tamaño…

Willian Shakespeare

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