jueves, 16 de junio de 2011

¿Cual es la diferencia entre sexo normal y sexo tán­trico?

Fragmento de  "El Libro del Hombre  " de Osho.


"Tu acto sexual y el acto sexual tántrico son básicamente di­ferentes. Tu acto sexual es para descargar; es como un buen es­tornudo. Expulsas la energía y aligeras el peso. Es destructivo, no es creativo. Es bueno, es terapéutico. Te ayuda a relajarte, pero nada más. 

El acto sexual tántrico es, básicamente, diametralmente opuesto y diferente. No se hace para descargar. Se hace para per­manecer en el acto sin eyacular, sin expulsar toda la energía; para fundirse en el acto: al principio del acto, no al final. Esto transforma la cualidad, en conjunto, la cualidad es diferente. Intenta comprender estas dos cosas. Hay dos tipos de clímax, dos tipos de orgasmo. Uno ya lo conoces. Llegas a la cúspide de la excitación y no puedes ir más lejos: ha llegado el final. La ex­citación alcanza un punto donde ya no es voluntaria. La energía te invade y sale. Te descargas, te aligeras. Expulsas la carga; pue­des relajarte y dormir.

Lo estás usando como si fuese un tranquilizante. Es un tran­quilizante natural: le seguirá un buen descanso, siempre que tu mente no esté agobiada por la religión. En ese caso, se destruye incluso el efecto tranquilizante. Si tu mente no está agobiada por la religión, el sexo podrá ser tranquilizante. Si te sientes cul­pable, hasta tu sueño se alterará. Te sentirás deprimido, empe­zarás a descalificarte y a jurar que ya no volverás a gozar. Des­pués tu sueño se convertirá en una pesadilla. Si eres un ser natural y no estás demasiado agobiado por la religión y la mora­lidad, entonces podrás usar el sexo como un tranquilizante.

Este es un tipo de orgasmo: llegar a la cúspide de la exci­tación. El tantra se basa en otro tipo de orgasmo. Si llamamos al primero un orgasmo cúspide, el orgasmo tántrico se podrá lla­mar orgasmo valle. En él no llegas a la cúspide de la excitación sino al valle más profundo de la relajación. Al principio, la exci­tación es necesaria para ambos. Por eso digo que al principio son iguales pero los finales son completamente diferentes.

La excitación se usa para ambos: tanto si vas a la cúspide de la excitación como si vas al valle de la relajación. Para el prime­ro, la excitación tiene que ser intensa, cada vez más intensa. Tie­nes que desarrollarte en él, tienes que ayudarlo a crecer hasta la cúspide. En el segundo, la excitación sólo es el principio. Des­pués, una vez que el hombre ha penetrado, el amante y la ama­da se pueden relajar. No es necesario hacer ningún movimiento. Se pueden relajar en un abrazo cariñoso. Si el hombre o la mujer sienten que se va a perder la erección, sólo entonces se precisa movimiento. Pero después te vuelves a relajar. Puedes prolongar este profundo abrazo durante horas sin eyacular, y después los dos podéis dormir juntos profundamente. Esto -esto- es un or­gasmo valle. Los dos están relajados y se encuentran dos seres relajados.

En el orgasmo sexual corriente se encuentran dos seres ex­citados, tensos, llenos de excitación, intentando descargarse. El orgasmo sexual corriente parece una locura; el orgasmo tántri­co es una meditación profunda, relajante.

Quizá no os hayáis dado cuenta pero el hecho de que el hom­bre y la mujer sean fuerzas opuestas es biológico, bioenergético. Negativo-positivo, ying-yang o como quieras llamarlo, se exci­tan el uno al otro. Y cuando se encuentran en una meditación profunda se revitalizan. Ambos se revitalizan, se vuelven gene­radores, se sienten más vivos, están radiantes de nueva energía y no se pierde nada. Basta con encontrarte con el polo opuesto para que la energía se renueve.

El acto sexual tántrico se puede repetir todas las veces que quieras. El acto sexual corriente no se puede repetir todas las ve­ces que quieras porque pierdes energía, y tu cuerpo tendrá que esperar para volver a recuperarla. Y cuando la recuperes, la vol­verás a perder. 

Después de un acto sexual tántrico, no has caído sino que has ascendido. Te sientes cargado de energía, más vital, más vivo, radiante. Ese éxtasis puede durar horas, incluso días. Sólo depende de la profundidad con que lo hayas realizado. Si empie­zas a practicarlo, antes o después te darás cuenta que la eyacu­lación es una pérdida de energía. No es necesaria, a menos que necesites tener niños. Y con un acto sexual tántrico te sentirás profundamente relajado durante todo el día. Basta una sola ex­periencia tántrica para que te sientas relajado durante varios días, cómodo, en casa, no violento, no enfadado, no deprimido. Una persona así no puede ser un peligro para los demás."

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