lunes, 23 de abril de 2012

Las caricias y el sexo


Las caricias en la sexualidad son un punto a tener presente si realmente deseamos profundizar en las emociones y sensaciones que tenemos a disposición a la hora de tener sexo. En un mundo acelerado y estresado las caricias han pasado a ser casi ignoradas o minimizadas

En muchas ocasiones las caricias son un punto de conflicto: varones y mujeres suelen darle a este recurso un lugar bastante diferente en el mapa amoroso. Ellas prefieren largas sesiones de caricias en todo su cuerpo. Ellos en cambio suelen ser más directos, de prólogos más breves y ponen el foco de la atención en la estimulación genital. El conocimiento mutuo, la comprensión y una comunicación eficaz dan lugar con el tiempo a un juego erótico que constituye un punto de encuentro entre las expectativas de los dos.

Petting es el termino que utilizan los anglosajones para denominar ese gran abanico de juegos, caricias, masajes, y lo todo lo que se nos ocurra, que envuelven las relaciones sexuales

Este petting o caricias amplifican o disminuyen la parte sensitiva llamada fí­sica, y la emocional. Hay una relación directa entre la cantidad de tiempo que se dedica a la estimulación propia y de la pareja y el placer sentido. Asimismo, es sabido qué tanto la mujer como el hombre necesitan a mayor edad mayor estimulación, variada y diversa, para alcanzar un nivel de excitación suficiente que proporcione una respuesta satisfactoria. Cuanto más tiempo se dedique a la estimulación propia y de la pareja, tanto más placentera será esa relación, y, llegado el orgasmo, tanto más intensamente se vivirá. Desde un punto de vista emocional, el darnos ese tiempo para un contacto más provocador e insinuante, antes, y más delicado y relajante, después, nos brinda la oportunidad de comunicarnos, de llegar a la pareja y de que ella llegue a nosotros. Porque no debemos olvidar que ante todo, es comunicación, y la comunicación no es siempre verbal. Las caricias, los pellizcos, los besos, los suspiros, una ducha juntos, un masaje con aceite aromático; todo, absolutamente todo vale dentro de esa comunicación, dentro de ese "petting".

El hecho de que siempre se haya afirmado una mayor demanda de caricias por parte de las mujeres, tiene su razón de ser en dos causas. Por un lado, un mayor grado de emotividad intrínseco a la feminidad patente en los diferentes instintos más antropológicos. Y por otro lado, debido a una más lenta y prolongada Fase de Excitación de la Respuesta Sexual Humana en la mujer lubricación y acomodación de los genitales como receptores.

Por otra parte, las caricias liberan en el organismo la oxitocina, denominada precisamente la "hormona de la felicidad", afianzando la unión amorosa entre los participantes de la escena sexual; finalmente, las caricias son curativas sexualmente hablando. En la mayoría de las terapias sexuales los expertos recomendamos largas sesiones de caricias sin coito posterior, de modo tal de reducir la preocupación, a veces obsesiva, por el rendimiento sexual y recuperar la capacidad para sentir placer.

Las caricias van de la mano con la propuesta del sexo tántrico que puede espantar la monotonía en las relaciones.

Concluyendo, todo el tiempo y dedicación que asignemos a los preámbulos de nuestras relaciones de pareja  que estimulen la satisfacción, es una inversión con resultados asegurados.

Abrazos!

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