miércoles, 1 de febrero de 2012

Estrés postraumático, perspectiva positiva


"El trastorno por stress postraumático pertenece a los trastornos de ansiedad y se desencadena debido a la experimentación u observación de un hecho traumático, el cual implica una amenaza de muerte, una situación de peligro. Puede presentarse a cualquier edad ante eventos como robos, violencia, abuso sexual, encarcelamiento, guerra, cualquier situación donde estemos expuestos a eventos desagradables y que tenga el potencial de atentar contra nuestra vida.
Las causas de este trastorno no se conocen por completo, sin embargo están presentes diversos factores psicológicos, genéticos, físicos, sociales. Usualmente se presenta en personas con tendencia a catastrofizar las circunstancias, quienes tienen tendencia a ver la vida desde el polo pesimista. 
Los síntomas del trastorno pueden ser clasificados en tres categorías:
Recuerdos repetitivos del hecho. Reviviscencia de recuerdos donde el incidente sucede una y otra vez en nuestra cabeza, recuerdos angustiantes y reiterativos, pesadillas, reacciones físicas muy fuertes ante situaciones que oficien como recuerdo disparador del hecho en sí.
Evasión. Puede experimentarse una insensibilidad ante todo, como si nada le importara a la persona. Pueden demostrar menos expresividad de sus estados de ánimo, evitan personas o lugares, sensación de falta de control en su futuro, falta de interés por actividades que antes le importaban.
Excitación. Esta puede manifestarse mediante la dificultad para concentrarse, sobresaltos, respuestas desmedidas, sentirse exageradamente alerta, irritabilidad o ataques de ira, irregularidades en el sueño.
Usualmente los sentimientos de culpa están asociados si hemos sobrevivido a un accidente o un ataque y otra persona no. Además de los síntomas previamente explicitados, podemos sentir también agitación, mareos, taquicardia, dolores de cabeza.
Las situaciones traumáticas de todas maneras, pueden convertirse en portales hacia otras perspectivas, pueden convertirse en crecimiento, en fortaleza. Martin Seligman y sus colaboradores, descubrieron en su web que muchas personas quienes habían sufrido un evento traumático (pérdida de un hijo, terrorismo, abuso sexual) no necesariamente tenían un puntaje bajo en el test que evalúa el nivel de satisfacción con la vida, e incluso mostraban fortaleza, apreciación por la vida y un cambio de prioridades.
La transformación personal tiene mucho que ver con una renovada apreciación por el hecho de estar vivos, una mejora en la fortaleza personal, decidir comenzar a vivir y estar abierto a nuevas oportunidades, una mejora en las relaciones y decidir profundizar la espiritualidad. Muchas veces esa situación traumática oficia de generador de crecimiento post-traumático.
Entre los elementos que contribuyen al crecimiento post-traumático se encuentran el comprender las respuestas normales ante el trauma (creencias destrozadas sobre los demás, ellos mismos y el futuro). También es importante aplicar técnicas para reducir el nivel de ansiedad, que están relacionadas con el control de imágenes y pensamientos intrusivos. El ser honestos y compartir la historia traumática es de vital importancia. Se puede escribir una narración sobre lo sucedido, intentar considerar al trauma como un obstáculo en el camino que de todas maneras nos hace apreciar el recorrido, cómo esta situación traumática tiene la potencialidad de mejorar la apreciación por la vida. Se puede apuntar a experimentar nuevas formas de ser altruista, aceptar el crecimiento alejándose de la culpa del sobreviviente, crear una nueva identidad como sobreviviente, se puede intentar ser una persona más comprensiva y compasiva.
Cualquier situación devastadora tiene el potencial de convertirnos en mejores personas, en aquellos seres que aprenden a apreciar todas las bendiciones que disfrutamos,nos puede ayudar a poner las cosas en su sitio, a intentar no ahogarnos en un vaso de agua. Si has pasado por una situación dolorosa piensa cómo puedes crecer gracias a esto, no te quedes atrapado en la mentalidad de víctima o enredado en los juegos de la culpa, tú tienes el poder de convertir el desastre en una oportunidad para realmente vivir y ser mejor ser humano."
Psicóloga Mariana Alvez

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