Muchos de nosotros nos levantamos cada mañana con la disposición de hacer de nuestro día un éxito total! Aún así, al ir transcurriendo las horas permitimos que las situaciones que se nos presentan nos hagan cambiar las perspectivas... El trabajo, los niños, el colegio, la universidad, el tráfico, la pareja, el vecino.... Y pare de contar... Hasta que el estrés se apodera totalmente de nuestro cuerpo.
Es importante que estemos conscientes de lo que este tipo de situaciones provoca en nuestro organismo y cómo llegan a afectarnos. En primer lugar nuestro cuerpo inteligente nos provee de reacciones específicas en situaciones específicas. Por esto, si somos sometidos a lo que nuestro cerebro catalogaría como peligro (llámese estrés) inmediatamente comienza a producirce en nosotros una respuesta de alerta para poder enfrentarlo, segregando montones de adrenalina que nos colocan a la defensiva y en guardia.
Ahora, a nivel físico, qué efectos tiene ésta respuesta? Aumento de la tensión arterial, aumento del ritmo cardíaco, incrementa la respiración, dilata la pupila, incrementa los niveles de azúcar en sangre... Etc.
Imaginemos nuestro cuerpo sometido a esta presión día a día. En un estado de alerta permanente, esperando un ataque que no llega, agotando nuestras reservas y fuerzas. Manteniéndonos a la defensiva y con una alarma de peligro encendida continuamente. En otras palabras AGOTADOS!
La respuesta de nuestro cuerpo ante el peligro es una poderosa arma, pero sólo para utilizarla en caso de peligro inminente. Por lo tanto, hagamos un alto en nuestro día a día y determinemos cuáles situaciones nos colocan a la defensiva y cuáles podemos manejar o dejar que fluyan.
Lo que ocasiona el estrés permanente en nosotros se refleja tarde o temprano en nuestra salud, en nuestro entorno familiar o de trabajo, en la sociedad y en el planeta. Lo contrario también es muy cierto, el mantenernos relajados, conscientes de nuestras sensaciones y emociones a pesar del entorno nos permite un clima de armonía y paz interna que a la larga tendrá beneficios inconmensurables.
Así que manos a la obra, sentémonos en la barrera y observémonos, determinemos qué situaciones podemos cambiar, cúales podemos obviar, practiquemos la respiración estomacal que nos ayuda a equilibrar los hemisferios cerebrales, dejemos de darle importancia a cada evento que se presenta, disfrutemos de la belleza que nos rodea, veámos el medio vaso lleno, amemos intensamente, busca provocar situaciones que te hagan reir, ríete de ti mismo, siente gratitud por los regalos del Universo, comparte, colabora, sé solidario.
"Cambiemos la forma de ver las cosas y las cosas que vemos cambiarán."
Animo! Cada amanener es un renacer, disfrutémoslo!
"Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante seis horas. El estrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal." Dr. Mario Alonso Puig.
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