La Ley de la Atracción dice: "Todo lo que se asemeja se atrae" Cada pensamiento que tenemos emite una señal, vibra, atrae lo que se correponde con él.
Todo a lo que prestes atención hace que emitas una vibración y estas vibraciones correponden a lo que pides (o piensas). En otras palabras atraes hacia tí lo que permanentemente está ocupando tus pensamientos, sea positivo o negativo.
Todo a lo que prestes atención hace que emitas una vibración y estas vibraciones correponden a lo que pides (o piensas). En otras palabras atraes hacia tí lo que permanentemente está ocupando tus pensamientos, sea positivo o negativo.
En ocasiones observamos como nuestros pensamientos se comportan como caballos desbocados, se nos hace difícil, inclusive, darnos cuenta de que estamos pensando constantemente y en la mayoría de los casos en cosas que no deseamos ver materializadas; sobre todo si estamos estimulados por el miedo.
Esto se debe a que nos hemos acostumbrados a ser esclavos fieles a nuestra mente, no la utilizamos a nuestro favor, nos controla totalmente. Aquí cito las palabras de Eckhart Tolle en su libro "El Poder del Ahora": La identificación con su mente, que hace que el pensamiento se vuelva compulsivo. No ser capaz de dejar de pensar es una calamidad terrible, pero no nos damos cuenta de ello así que se considera normal. ..."
Si nos detenemos en el proceso del pensamiento y hacemos un análisis de ello, obtendremos respuestas claras a el por qué de las situaciones que se nos presenta, los resultados que obtenemos, nuestras relaciones, las metas que logramos, etc etc etc.
Si deseamos alcanzar nuestras metas y objetivos, se hace necesario observar si nuestros pensamientos están alineados con el propósito que nos ocupa. Cada idea que se nos cruce, cada objeto, todo vibra. Por lo tanto cuando tenemos pensamientos recurrentes, nuestras vibraciones comienzan a reflejar las vibraciones de lo deseado y es cuando entra en acción la Ley de la Atracción.
Enfoquémonos en los resultados que deseamos ver!
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