miércoles, 20 de junio de 2012

El lenguaje olvidado del amor

Cuando observamos nuestro entorno buscando ese toque de almas nos encontramos que estamos separadas por abismos de distancia.  Se ha perdido el contacto, el roce, el acercamiento, nos hemos envueltos en burbujas de cristal que nos separan del percibir a nuestros hermanos. 
 Fuimos dotados con sentidos que nos nutren y nos dejan plenos con las experiencias, y sin embargo, nos hemos convertidos en maestros en ignorarlos y en alejarlos, anulándolos. 
El tacto es quizás el más olvidado, hemos desarrollado miedo de acercarnos unos a otros, de compartir el calor de nuestros hermanos, de abrazarnos, cerrar los ojos, percibirnos, sentirnos...
Somos parte de un todo, cada uno un grano de arena de la misma playa, pero navegando sólos, retrotrayéndonos de nuestros iguales. Cerrando las puertas del alma al ser que tenemos al lado. 
El siguiente texto de OSHO nos regala una reflexión al respecto. Disfrútenlo!!!
EL TACTO
“El masaje es algo que puedes empezar a aprender, pero que nunca terminarás. Sigue y sigue, y la experiencia continuamente se hace más profunda y mayor. El masaje es una de las artes más sutiles, y no es solo una cuestión de pericia. Es más una cuestión de amor…”
“Aprende la técnica, y luego olvídala. Entonces sólo siente, y muévete por el sentimiento. Cuando aprendes en profundidad, el noventa por ciento del trabajo se hace por amor, y el diez por ciento por la técnica. Solo con el propio tacto, un toque consciente y amoroso, algo se relaja en el cuerpo.”
“Si amas y sientes compasión por la otra persona, y sientes su valor fundamental; si no le tratas como si fuera un mecanismo que tengas que arreglar, sino una energía de tremendo valor, entonces poco a poco sentirás que estás tocando en un órgano. El cuerpo entero se vuelve las notas del órgano, y puedes sentir que un tipo de armonía se crea en el cuerpo. No solo le ayudará a la persona, sino también a ti.”
“El Tacto Consciente se necesita en el mundo de hoy porque el amor ha desaparecido. En un tiempo, la simple caricia de los amantes era suficiente. Una madre tocaba a su niño, jugaba con su cuerpo, y era masaje. El marido jugaba con el cuerpo de su mujer, y era masaje. Era suficiente, más que suficiente. Era relajación profunda y parte del amor.”
“Pero eso ha desaparecido del mundo. Poco a poco, hemos olvidado dónde tocar, cómo tocar, cuán profundo hacerlo. De hecho, “el tacto” es uno de los lenguajes más olvidados. Nos sentimos casi incómodos al tocar, porque la propia palabra ha sido corrompida por la llamada gente religiosa. Le han dado un color sexual. La palabra se ha vuelto sexual y a la gente le ha dado miedo. Todo el mundo está en guardia para no ser tocado a menos que él lo permita.”
“Ahora, en Occidente, ha llegado el otro extremo. El tocar y el masaje se ha vuelto sexual. En estos días el masaje es solo un pretexto, un manto para la sexualidad. En verdad, esencialmente, ni el tocar ni el masaje son sexuales. Son funciones del amor. Cuando el amor cae de sus alturas, se vuelve sexo y se vuelve feo.”
“Así que rezar. Cuando tocáis el cuerpo de otra persona, rezad…como si Dios mismo estuviera ahí, y tu solo le estás sirviendo. Fluye con energía total. Y cuando veas el cuerpo fluyendo y la energía creando un nuevo modelo de armonía, sentirás un placer que nunca has sentido antes. Caerás en una profunda meditación”
“Mientras masajeas, sólo masajea. No pienses en otras cosas, porque esas cosas son distracciones. “Sé” en tus dedos y tus manos, como si todo tu ser, tu alma entera, estuviera allí. No dejes que sea solo un toque del cuerpo. Tu alma entera entra en el cuerpo del otro, lo penetra, y relaja las complejidades más profundas”
“Y hazlo un juego. No lo hagas como un trabajo. Hazlo un juego, y tómatelo como divertido. Ríe, y deja que el otro se ría también.”

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