sábado, 19 de marzo de 2011

La Depresión... (Segunda Parte)

Continúo con este tema controvertido, apasionante y sin edad para sufrir sus embates...  la Depresión. Muchos lo ven como falta de personalidad, decisión, entereza...; otros, que son víctima de élla, se ven desolados, angustiados, dolidos, desesperados... no son capaces de ver la luz al final del túnel. 
Quién no ha conocido los estragos que causa???
La depresión  nos lleva al final de un pozo negro y profundo para demostrarnos la necesidad que tenemos de derrumbar todas las viejas estructuras y edificar nuevas que nos saquen del letargo en el que podemos encontrarnos. En otras palabras entregarnos a la "muerte" de lo que somos aquí y ahora para dar paso a el individuo nuevo que está esperando dentro de cada uno de nosotros...  
Aquí un nuevo fragmento del libro "El cuidado del Alma"de Tomas Moore. Seguiré colgando nuevas entregas de esta publicación por si les interesa el punto de vista del autor...
Les invito a disfrutarlo desde el alma!

"Las insinuaciones de la muerte
Saturno es también el segador, el dios de la cosecha, del tiempo que se acaba y de su festival, las saturnales; de acuerdo con ello, los períodos de depresión pueden estar impregnados de imágenes de muerte. A veces, personas de todas las edades dice, llevadas por su depresión, que su vida está acabada, que sus esperanzas para el futuro han demostrado no tener base alguna. Están desilusionadas porque los valores y criterios por los que se han regido durante años de pronto ya no tienen sentido. Las verdades más queridas se hunden en la tierra negra de Saturno como el rastrojo en la época de la cosecha.
El cuidado del alma exige que se acepte toda esta muerte. La Tentación es defender hasta el último momento nuestras ideas comunes sobre la vida, pero  puede ser necesario que finalmente renunciemos a ellas para introducirnos en el movimiento de la muerte. Si el síntoma se percibe como la sensación de que la vida ha terminado y de nada sirve continuar, entonces una manera afirmativa de abordar este sentimiento podría ser ceder consciente y hábilmente a las emociones y pensamientos de conclusión que la depresión ha movilizado. (…)
El vacío y la disolución del significado que con frecuencia se hallan presentes en la depresión demuestra hasta qué punto podemos apegarnos a nuestra manera de entender y explicarnos la vida. Nuestra filosofía y nuestros valores personales a menudo dan la impresión de ser paquetes demasiados bien atados, que dejan poco margen para  el misterio. Entonces viene la depresión y nos rompe el esquema. Los antiguos imaginaban a Saturno como el más remoto de los planetas, extraño y maravilloso en la lejanía del espacio helado y vacío. La depresión agujerea nuestras teorías y suposiciones, pero incluso este doloroso proceso merece respeto por ser una fuente, necesaria y valiosa, de sanación. (…)
En los textos antiguos se solía tachar a Saturno de “ponzoñoso”. Al encomiar algunos efectos positivos de los estados de ánimos saturninos, no quiero pasar por alto el terrible dolor que pueden causar. Por otro lado, las formas menores de la melancolía no son las únicas que ofrecen sus dones al alma; también los accesos profundos y duraderos de depresión aguda pueden clarificar y reestructurar los credos en nombre de los cuales hemos vivido. Entre los “hijos de Saturno” se incluía tradicionalmente a los carpinteros, a quienes se muestra en algunos dibujos poniendo los cimientos y construyendo la estructura de las casas nuevas. En nuestra melancolía puede estar haciéndose una construcción interior que va despejando lo viejo y fortaleciendo lo nuevo. De hecho, con frecuencia los sueños nos presentan edificios y estructuras en proceso de construcción, lo que sugiere una vez más que el alma se hace: es el producto del trabajo y esfuerzo inventivo. Freud señaló que durante los accesos de melancolía la vida exterior puede dar una impresión de vacío, pero que al mismo tiempo se puede estar produciendo, y a toda velocidad, un trabajo interior."

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