sábado, 12 de marzo de 2011

La Depresión... (Primera Parte)

Les dejo un primer fragmento del libro "El cuidado del Alma" de Thomas Moore. Me parece apropiado en esta época cuando tanto escuchamos, hablamos, vivimos y conocemos casos de depresiones, tener un punto de vista diferente al común denominador... 
En próximas entregas les presentaré otros fragmentos, me parece muy interesante como lo aborda el autor.
Deseo disfruten la lectura!

"En la actualidad parece que preferimos hablar de "depresión" más bien que de "tristeza"o de "melancolía". Tal vez la forma latina suene más clínica y más seria, pero hubo una época, hace quinientos o seiscientos años, en que se identificaba la melancolía con el dios romano Saturno. Estar deprimido era estar "en Saturno", y a quien estaba crónicamente predispuesto a la melancolía se lo llamaba "hijo de Saturno". Como se identificaba la depresión con este dios y con el planeta que lleva su nombre, se le asociaba también con las otras características de Saturno. Por ejemplo, a éste se lo conocía como el "anciano" que presidía la edad de oro. Cada vez que hablamos de los "años dorados" o de los "buenos tiempos de antaño", estamos invocando a Saturno, que es el dios del pasado. La persona deprimida cree que los buenos tiempos pertenecen al pasado, que ya no queda nada para el presente o futuro...

...Debido a su doloroso vacío, suele ser tentador buscar una forma de salir de la depresión. Pero penetrar en el estado de ánimo y los pensamientos que la caracterizan puede ser profundamente satistactorio. A veces se describe la depresión como un estado en el que no hay ideas... nada a lo cual aferrarse. Pero tal vez tengamos que ampliar nuestra visión y advertir que el sentimiento de vacío, la pérdida de los puntos de referencia familiares y de las estructuras vitales y la desaparición del entusiasmo son elementos que, aunque parezcan negativos, pueden ser apropiados, y que es posible usarlos para aportar una nueva imaginación a la vida.

...podríamos abandonar la idea monoteísta de que la vida siempre tiene que ser alegre, y dejarnos instruir por la melancolía. Podríamos aprender de sus cualidades y seguir su liderazgo, volviéndonos más pacientes en presencia de ella, disminuyendo expectativas exageradas, adoptando una actitud de vigilancia a medida que esta alma afronta con total seriedad y con gravedad su destino. En nuestra amistad, podríamos ofrecerle un receptáculo, un lugar de aceptación. Es cierto que a veces la depresión, como cualquier otra emoción, puede trascender los límites habituales y convertirse en una verdadera enfermedad. Pero también en los casos extremos, incluso en medio de intensos tratamientos, podemos seguir buscando a Saturno en el centro de la depresión, y encontrar maneras de favorecerlo."

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