El SER ABSOLUTO se asemeja al mar, cada uno de nosotros es una gota que debe sumergirse en el río para alcanzar el mar.
Es natural que, a lo largo de este viaje en el seno del río, la gota deba soportar innumerables altibajos y resistir los embates del agua contra las rocas del valle para finalmente, en la morada de la estabilidad espiritual, alcanzar con serenidad el mar. La Unidad, lo que realmente SOMOS.
Besos!
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