martes, 29 de enero de 2013

La flexibilidad mental...


"La flexibilidad mental es una virtud que define un estilo de vida. La fuerza del pensamiento flexible radica en que, a pesar de la resistencia y los obstáculos, podemos inventarnos a nosotros mismos y fluir con los eventos de la vida sin lastimar ni lastimarnos”. Contrapone las mentes flexibles a las mentes rígidas (de piedra, inmóviles, monolíticas, impenetrables) y a las mentes líquidas (que no se interesan por nada, que no toman posiciones).

La mente rígida vive en un limbo acomodado, distorsionado y altamente peligroso. La mente líquida es nihilista, sin forma. La mente de arcilla, flexible, posee creencias y es capaz de dudar de ellas si la razón y la lógica demuestran lo contrario. “Ser flexible es un arte, una excelencia y una virtud que consta de, al menos, tres principios: la excepción a la regla, el camino del medio y el pluralismo”.

Diferencias entre mentes rígidas y mentes flexibles
Estructuras internas

Mentes rígidas:
Dogmatismo (Quieres imponer su doctrina)
Solemnidad/Amargura (amargado y circunspecto)
Normatividad (conformista y apegado a las reglas)
Prejuicio (odio y discriminación)
Simplicidad (superficial)
Autoritarismo (abuso de poder)

Mentes flexibles:
Análisis crítico
Humorismo/Lúdica
Incorfomismo
Imparcialidad
Complejidad (Holístico)
Plurarismo

Una de las características de la inflexibilidad mental es la solemnidad, que se manifiesta, abierta o soterradamente, como una alergia a la alegría.

Walter Riso nos recuerda que el sentido del humor como virtud pertenence al grupo de la trascendencia. “Algunos han comparado el goce que produce la risa con el orgasmo sexual, debido a las sustancias que libera y a que el tiempo psicológico deja de existir, porque la risa nos situa de manera categórica en el aquí y en el ahora. Sexo y carcajada: juntos son dinamita”.

¿Reír o llorar? Heráclito (el lado trágico, oscuro) frente a Demócrito (el optimismo, el entusiasmo). “Puedes jugar para divertirte o para ganar y puedes hacer actividades relajadas para pasarlo bien o para hacerlas muy bien”. El humor es subversivo para una mente rígida. Es el poder del pensamiento lúdico: “El pensamiento lúdico es una virtud alegre que siempre acompaña a la sabiduría”: Perfeccionismo, conformismo, resignación normativa “nada va a cambiar”, fatalismo “el cambio no es conveniente”, baja autoeficacia “No podré enfrentarme a lo que viene”, prejuicios: estereotipos infundados, sentimientos de miedo y hostilidad, comportamientos discriminatorios (conmigo o contra mí): Racismo, Sexismo, Clasismo… Nadie está libres de prejuicios.

Las mentes rígidas son simplistas; las flexibles son complejas. La simpleza (frivolidad, superficialidad) no es sencillez (virtud, sabiduría): “La sencillez de carácter es el resultado natural del pensamiento profundo” (William Hazlitt). La rigidez suele acompañar el autoritarismo, la tiranía; la flexibilidad, el pluralismo. Es la lección de Antígona, de Sófocles: el derecho a rebelarse contra la tiranía y la opresión.

Para una mente flexible, hay seis zonas de las que alejarse: la del dogmatismo (creencias inamovibles), la de la solemnidad/amargura (tomarse demasiado en serio a uno mismo), la de la normatividad (aceptación ciega de las normas), la del prejuicio y el fanatismo, la de la visión simplista del mundo y la del autoritarismo y abuso del poder.

Walter Riso en su libro "El Arte de ser Flexible"

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