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jueves, 29 de noviembre de 2012
Meditación Devavani
Devavani significa “La voz divina”. Al practicar esta técnica, imagínate que lo Divino pasa a través de ti, que lo Divino habla a través de ti.
Tú eres solamente un canal, una vasija vacía, a través de la cual lo Divino se mueve y habla.
Cada uno de las cuatro etapas dura quince minutos y, en todo momento, los ojos han de mantenerse cerrados. La técnica puede practicarse en grupo o en solitario.
Primera Parte: Siéntate en silencio y escucha la música.
No has de hacer nada.
Segunda Parte: Después de quince minutos, cuando la música cese, conviértete en un canal para la voz divina. Empieza diciendo solamente la… la… la… hasta que palabras desconocidas afloren en tus labios.
Después de unos cuantos días de practicar esta meditación, las palabras se convertirán en un lenguaje desconocido y descubrirás que estás diciendo frases enteras en una lengua desconocida.
Esto viene a ser un latihan de la lengua, de modo que no llores, ni grites, ni rías, ni gimas, pues esto daría significación a los sonidos. Es necesario que las palabras surjan de la parte del cerebro que empleabas cuando niño, antes de que pudieras hablar; no de la parte que piensa y que comunica.
Las palabras han de venir de la parte desconocida del cerebro. En el antiguo testamento, este tipo de habla se denomina “glosolalia”.
Este latihan de la lengua ha de distinguirse perfectamente de la técnica giberish que se describe más adelante. No es una catarsis, no es sacar lo que tengas en tu interior.
Más bien, es dejar que te conviertas en un vehículo de la divina energía.
El giberish es hacer; el latihan es un dejar hacer. El giberish hace que liberes contenidos de tu interior; el latihan hace que algo se mueva a través de ti.
Si las palabras dejan de aparecer, empieza con él la… la…la… hasta que las palabras empiecen otra vez a fluir por tu boca.
Tercera Parte: Durante quince minutos, quédate de pie, continúa hablando en lenguas desconocidas y deja que lo Divino se mueva a través de tu cuerpo.
Deja que suceda un latihan total.
Si dejas que tu cuerpo se relaje y afloje, pronto notarás energías sutiles moviéndose en su interior.
Deja que esas energías muevan tu cuerpo, lenta, graciosamente. No seas tú el que te muevas; deja que las energías te muevan.
Cuarta Parte: Simplemente túmbate y quédate totalmente quieto.
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