jueves, 4 de octubre de 2012

La Ley de la Afinidad

Solemos pensar que las circunstancias no están a nuestro favor en ningún momento... Que las cosas no van por donde deseamos... Que nuestra suerte está marcada por el destino... etc, etc, etc...

A continuación les dejo un fragmento de muy interesante donde podemos reconsiderar nuestros puntos de vista y comenzar a hacer cambios y correcciones que nos lleven a la conclusión de nuestros objetivos. Disfruten la lectura!!!

Besos, Tammy.

"Cuando un niño viene al mundo, no le falta nada; aunque tenga el corazón ligeramente a la derecha o el estómago un poco más pequeño o los riñones le funcionen mal, tiene al fin y al cabo un corazón, un estómago, riñones, pulmones; no le falta nada. Del mismo modo, cada espíritu que baja a encarnarse en la tierra, posee órganos e instrumentos correspondientes a todas las virtudes y cualidades que hay arriba, en el Cielo, y por eso todo es posible para él; progresivamente, si conoce y respeta las leyes, puede alcanzar los más grandes logros.

Cuáles son estas leyes? Suponed que tengáis dos diapasones absolutamente idénticos; si hacéis vibrar uno, observaréis que el otro también vibra sin que ni siquiera lo hayáis tocado. Decimos que hay resonancia. Todo el mundo conoce este fenómeno, pero no intentamos profundizar ni comprendemos que lo mismo ocurre exactamente entre el ser y el cosmo. Si el hombre consigue afinar su estado físico y psíquico con las vibraciones del universo, podrá alcanzar los poderes celestes e intercambiar energía con ellos, recibiendo así ayuda y consuelo; es una manera de comunicarse. Habláis y os escuchan; e incluso podéis atraer ciertas fuerzas hacia vosotros y beneficiaros. Entabláis intercambios con todas las regiones del universo que deseáis, sabiendo que precisamente a través de ese intercambio Dios ha dispuesto las más grandes posibilidades de perfeccionamiento para el hombre."

Preguntaréis: "Pero, cómo afinarse? !Hay tantos detalles a tener en cuenta!"
No os preocupéis, eso llega por sí sólo. Si cultiváis el amor, la abnegación, la indulgencia y la generosidad, todo vuestro ser empezará por sí mismo a afinarse, porque trabajáis con fuerzas que automáticamente lo armonizan todo en vosotros. Cuando un hombre ha destrozado su sistema nervioso, lo ha hecho conscientemente, con lucidez, científicamente? Sabías exactamente dónde y cómo iba a ocurrir? No, pero introduciendo en sí mismo pensamientos y sentimientos extraños, terminó por destrozarse. Para llegar a la locura no es necesario conocer la situación exacta de todos los centros nerviosos. Entonces, de la misma manera, para conseguir afinar vuestro organismo, debéis trabajar con pensamientos y sentimientos superiores que harán vibrar armoniosamente todos vuestros centros espirituales.

Algunos que hicieron todo lo posible e inimaginable para que nada funciones correctamente en ellos, se quejan de que la vida no tiene sentido y de que Dios no existe; y sin embargo no porque ellos sean estúpidos, enfermos e infelices dejarán de existir en el mundo seres inteligentes, sanos y felices. Su razonamiento es defectuoso; que mejoren pues su razonamiento, y todo se arreglarán para ellos. Supongamos que estéis angustiados, triste, que nada os vaya bien. Qué hacer? Pues en vez de quedaros ahí llorando o sin saber qué hacer, por qué no os acercáis a los seres que puedan ayudaros. Diréis: "Dónde están? Dónde encontrarlos?" Pues están aquí, cerca de vosotros; podéis acercaros a ellos y alcanzarlos mediante el pensamiento, gracias a la Ley Acústica de Resonancia, que yo llamo a menudo la Ley de Simpatía o Afinidad. Desde el momento en el conocáis esta Ley, os veréis obligados a superaros para hacer vibrar las cuerdas más sensibles, más sutiles de vuestro ser, sabiendo que hay fuerzas, entidades y regiones que os responderán.

Decís "te quiero" Estáis solo, y sin embargo, oís una multitud de voces que os contestan: "Te quiero, te quiero, te quiero..." Y si decís: "te odio" el eco lo repetirá también. Ya que es una realidad en el plano físico, por qué no iba a serlo en el plano del pensamiento?

... Tanto si hacéis bien como si hacéis mal, este volverá un día inevitablemente a vosotros. Cada sentimiento que tenéis es de una naturaleza determinada, y despierta en el espacio fuerzas de la misma naturaleza que se dirigen hacia vosotros en virtud de la Ley de Afinidad. Gracias a esta Ley podemos tomar de las arcas del Universo todos los elementos que deseamos con la condición de proyectar pensamientos y sentimientos de la misma naturaleza. Vuestros pensamientos y sentimientos determinan verdaderamente la naturaleza de los elementos y fuerzas que aparecen muy lejos, en algún lugar del espacio, y tarde o temprano, vuelven hasta vosotros."

Libro: El hombre a la conquista de su destino
Autor: Omraam Mikhaël Aïvanhov.

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