Un sitio para refrescar el alma... Que estimule nuestros sentidos y nos impulse a seguir disfrutando de esta bella experiencia terrenal. Para las almas que buscan un momento de solaz en medio de las turbulencias del día a día... Las fotografías y algunos artículos han sido tomados de la red, otros son de mi propia autoría. Si alguna persona considera afectado su derecho de autor le pido que tenga la amabilidad de escribirme para que la publicacion sea retirada de inmediato.
viernes, 9 de mayo de 2014
Buscando tu esencia…
Buscando la esencia de nuestro Ser, puede que nos encontremos con un niño perdido, abandonado, golpeado, muy etiquetado, atrapado y con el corazón pendiendo de un hilo, huérfano de afecto, anhelante de amor.
No arremetamos contra nuestros afectos inmediatos, ellos hicieron lo que pudieron con las herramientas disponibles. En el fondo, nuestros ancestros o las personas encargadas de nuestro cuidado, fueron objeto de los mismos eventos, estaban equipados con el mismo software…
Ahora es el momento, tenemos herramientas maravillosas, revistámonos de amor y paciencia, que la compasión nos arrope y permitamos que esa Esencia Pura nos indique el camino. Mucho trabajo a realizar, pero el amor todo lo puede.
Abrazos!
Tammy.
Hora de hacer inventario!
Si las herramientas que utilizas para tu crecimiento te han sido de gran utilidad hasta este momento, manténlas. Si sólo te han causado resultados poco enriquecedor, deséchalas! Para tu asombro, puede que de estas últimas te sea más difícil desprenderte…
Tammy.
No sólo basta con el conocimiento…
El conocimiento no lo es todo. Fuimos dotamos con sentimientos y emociones
que nos impulsan a avanzar en medio de confusiones y dificultades.
No dejes que el conocimiento o la falta de éste aminore tu marcha.
Utiliza las herramientas que te fueron obsequiadas.
Tienes dones maravillosos, puede que aún no los hayas descubierto,
pero ahí están al alcance de tu mano. Mantén la atención en tu intuición.
Todo es posible siempre y cuando estés convencido de ello.
Feliz vida!
Tammy.
"Ante las dificultades de la vida, el que tiene sólo el saber, permanece débil, miedoso, inseguro. Mientras que el que ama, el que está convencido, el que es entusiasta,
incluso sin saber nada, continúa marchando, sobrepasa los obstáculos y anima a los demás."
Omraam Mikhäel Aïvanhov.
Comenzando con el cambio…
No te concentres en lo que llamas "defectos".
Más bien ocúpate en construir un futuro maravilloso.
En vez de repetir y repetir "ese es uno de mis defectos",
piensa y actúa en consecuencia y di: "Ahora voy a crear algo nuevo"
que beneficie mi crecimiento en esta aventura.
El cerebro comenzará a generar los cambios que requiera
para provocar las nuevas situaciones.
Hoy es un buen día para comenzar!
Tammy.
Buscando a Buda
"Buda peregrinaba por el mundo para encontrarse con aquellos que se decían sus discípulos y hablarles acerca de la Verdad.
A su paso, la gente que creía en sus decires venía por cientos para escuchar su palabra, tocarlo o verlo, seguramente por única vez en sus vidas.
Cuatro monjes que se enteraron de que Buda estaría en la ciudad de Vaali, cargaron sus cosas en sus mulas y emprendieron el viaje que llevaría, si todo iba bien, varias semanas.
Uno de ellos conocía menos la ruta a Vaali y seguía a los otros en el camino.
Después de tres días de marcha, una gran tormenta los sorprendió. Los monjes apuraron el paso y llegaron al pueblo, donde buscaron refugio hasta que pasara la tormenta.
Pero el último no llegó al poblado y debió pedir refugio en casa de un pastor, en las afueras. El pastor le dio abrigo, techo y comida para pasar la noche.
A la mañana siguiente, cuando el monje estaba pronto para partir fue a despedirse del pastor. Al acercarse al corral,.vio que la tormenta había espantado las ovejas del pastor y que éste trataba de reunirlas.
El monje pensó que sus cofrades estarían dejando el pueblo y si no salía pronto, los demás se alejarían. Pero él no podía seguir su camino, dejando a su suerte al pastor que lo había cobijado. Por ello decidió quedarse con él hasta juntar el ganado.
Así pasaron tres días, tras los cuales se puso en camino a paso redoblado, para tratar de alcanzar a sus compañeros.
Siguiendo las huellas de los demás, paró en una granja a reponer su provisión de agua.
Una mujer le indicó dónde estaba el pozo y se disculpó por no ayudarlo, pero debía seguir con la cosecha... mientras el monje abrevaba sus mulas y cargaba sus odres con agua, la mujer le contó que tras la muerte de su marido, era difícil para ella y sus pequeños hijos llegar a recoger la cosecha antes de que se pudriera.
El hombre se dio cuenta de que la mujer nunca llegaría a recoger la cosecha a tiempo, pero también supo que si se quedaba, perdería el rastro y no podría estar en Vaali cuando Buda arribara a la ciudad.
Lo veré algunos días después, pensó, sabiendo que Buda se quedaría unas semanas en Vaali.
La cosecha llevó tres semanas y apenas terminó la tarea, el monje retomó su marcha...
En el camino, se enteró de que Buda ya no estaba en Vaali. Buda había partido hacia otro pueblo más al norte.
El monje cambió su rumbo y se dirigió hacia el nuevo poblado.
Podría haber llegado aunque más no fuera para verlo, pero en el camino tuvo que salvar a una pareja de ancianos que eran arrastrados corriente abajo y no hubieran podido escapar de una muerte segura. Sólo cuando los ancianos estuvieron recuperados, se animó a continuar su marcha sabiendo que Buda seguía su camino...
...Veinte años pasaron con el monje siguiendo el camino de Buda... y cada vez que se acercaba, algo sucedía que retrasaba su andar. Siempre alguien que necesitaba de él evitaba, sin saberlo, que el monje llegara a tiempo..Finalmente se enteró de que Buda había decidido ir a morir a su ciudad natal.
Esta vez, dijo para sí, es la última oportunidad. Si no quiero morirme sin haber visto a Buda, no puedo distraer mi camino. Nada es más importante ahora que ver a Buda antes de que muera. Ya habrá tiempo para ayudar a los demás, después.
Y con su última mula y sus pocas provisiones, retomó el camino.
La noche antes de llegar al pueblo, casi tropezó con un ciervo herido en medio del camino. Lo auxilió, le dio de beber y cubrió sus heridas con barro fresco. El ciervo boqueaba tratando de tragar el aire, que cada vez le faltaba más.
Alguien debería quedarse con él, pensó, para que yo pueda seguir mi camino.
Pero no había nadie a la vista.
Con mucha ternura acomodó al animal contra unas rocas para seguir su marcha, le dejó agua y comida al alcance del hocico y se levantó para irse.
Sólo llegó a hacer dos pasos, inmediatamente se dio cuenta que no podría presentarse ante Buda, sabiendo en lo profundo de su corazón que había dejado solo a un indefenso moribundo...
Así que descargó la mula y se quedó a cuidar al animalito. Durante toda la noche veló su sueño como si cuidara a un hijo. Le dio de beber en la boca y cambió paños sobre su frente.
Hacia el amanecer, el ciervo se había recuperado.
El monje se levantó, se sentó en un lugar apartado y lloró... Finalmente, había perdido también su última oportunidad.
—Ya nunca podré encontrarte –dijo en voz alta.
—No sigas buscándome –le dijo una voz que venía desde sus espaldas— porque ya me has encontrado.
El monje giró y vio cómo el ciervo se llenaba de luz y tomaba la redondeada forma de Buda.
—Me hubieras perdido si me dejabas morir esta noche para ir a mi encuentro en el pueblo… y respecto a mi muerte, no te inquietes, el Buda no puede morir mientras haya algunos como tú, que son capaces de seguir mi camino por años, sacrificando sus deseos por las necesidades de otros. Eso es el Buda, y Buda está en ti."
A su paso, la gente que creía en sus decires venía por cientos para escuchar su palabra, tocarlo o verlo, seguramente por única vez en sus vidas.
Cuatro monjes que se enteraron de que Buda estaría en la ciudad de Vaali, cargaron sus cosas en sus mulas y emprendieron el viaje que llevaría, si todo iba bien, varias semanas.
Uno de ellos conocía menos la ruta a Vaali y seguía a los otros en el camino.
Después de tres días de marcha, una gran tormenta los sorprendió. Los monjes apuraron el paso y llegaron al pueblo, donde buscaron refugio hasta que pasara la tormenta.
Pero el último no llegó al poblado y debió pedir refugio en casa de un pastor, en las afueras. El pastor le dio abrigo, techo y comida para pasar la noche.
A la mañana siguiente, cuando el monje estaba pronto para partir fue a despedirse del pastor. Al acercarse al corral,.vio que la tormenta había espantado las ovejas del pastor y que éste trataba de reunirlas.
El monje pensó que sus cofrades estarían dejando el pueblo y si no salía pronto, los demás se alejarían. Pero él no podía seguir su camino, dejando a su suerte al pastor que lo había cobijado. Por ello decidió quedarse con él hasta juntar el ganado.
Así pasaron tres días, tras los cuales se puso en camino a paso redoblado, para tratar de alcanzar a sus compañeros.
Siguiendo las huellas de los demás, paró en una granja a reponer su provisión de agua.
Una mujer le indicó dónde estaba el pozo y se disculpó por no ayudarlo, pero debía seguir con la cosecha... mientras el monje abrevaba sus mulas y cargaba sus odres con agua, la mujer le contó que tras la muerte de su marido, era difícil para ella y sus pequeños hijos llegar a recoger la cosecha antes de que se pudriera.
El hombre se dio cuenta de que la mujer nunca llegaría a recoger la cosecha a tiempo, pero también supo que si se quedaba, perdería el rastro y no podría estar en Vaali cuando Buda arribara a la ciudad.
Lo veré algunos días después, pensó, sabiendo que Buda se quedaría unas semanas en Vaali.
La cosecha llevó tres semanas y apenas terminó la tarea, el monje retomó su marcha...
En el camino, se enteró de que Buda ya no estaba en Vaali. Buda había partido hacia otro pueblo más al norte.
El monje cambió su rumbo y se dirigió hacia el nuevo poblado.
Podría haber llegado aunque más no fuera para verlo, pero en el camino tuvo que salvar a una pareja de ancianos que eran arrastrados corriente abajo y no hubieran podido escapar de una muerte segura. Sólo cuando los ancianos estuvieron recuperados, se animó a continuar su marcha sabiendo que Buda seguía su camino...
...Veinte años pasaron con el monje siguiendo el camino de Buda... y cada vez que se acercaba, algo sucedía que retrasaba su andar. Siempre alguien que necesitaba de él evitaba, sin saberlo, que el monje llegara a tiempo..Finalmente se enteró de que Buda había decidido ir a morir a su ciudad natal.
Esta vez, dijo para sí, es la última oportunidad. Si no quiero morirme sin haber visto a Buda, no puedo distraer mi camino. Nada es más importante ahora que ver a Buda antes de que muera. Ya habrá tiempo para ayudar a los demás, después.
Y con su última mula y sus pocas provisiones, retomó el camino.
La noche antes de llegar al pueblo, casi tropezó con un ciervo herido en medio del camino. Lo auxilió, le dio de beber y cubrió sus heridas con barro fresco. El ciervo boqueaba tratando de tragar el aire, que cada vez le faltaba más.
Alguien debería quedarse con él, pensó, para que yo pueda seguir mi camino.
Pero no había nadie a la vista.
Con mucha ternura acomodó al animal contra unas rocas para seguir su marcha, le dejó agua y comida al alcance del hocico y se levantó para irse.
Sólo llegó a hacer dos pasos, inmediatamente se dio cuenta que no podría presentarse ante Buda, sabiendo en lo profundo de su corazón que había dejado solo a un indefenso moribundo...
Así que descargó la mula y se quedó a cuidar al animalito. Durante toda la noche veló su sueño como si cuidara a un hijo. Le dio de beber en la boca y cambió paños sobre su frente.
Hacia el amanecer, el ciervo se había recuperado.
El monje se levantó, se sentó en un lugar apartado y lloró... Finalmente, había perdido también su última oportunidad.
—Ya nunca podré encontrarte –dijo en voz alta.
—No sigas buscándome –le dijo una voz que venía desde sus espaldas— porque ya me has encontrado.
El monje giró y vio cómo el ciervo se llenaba de luz y tomaba la redondeada forma de Buda.
—Me hubieras perdido si me dejabas morir esta noche para ir a mi encuentro en el pueblo… y respecto a mi muerte, no te inquietes, el Buda no puede morir mientras haya algunos como tú, que son capaces de seguir mi camino por años, sacrificando sus deseos por las necesidades de otros. Eso es el Buda, y Buda está en ti."
lunes, 5 de mayo de 2014
El cambio …
Sólo el cambio permanente nos adentra en las profundidades del Ser…
Atrévete!
"El mundo sensible es el mundo de las formas auto-contenidas,
ya que aquí rigen los Espíritus de la Forma.
El mundo elemental es el mundo de la movilidad, de la metamorfosis, de la transformación;
igual que tenemos que cambiar continuamente para sentirnos en casa en ese mundo,
todos los seres allí están cambiando continuamente.
No hay forma cerrada, circunscrita: todo está en continua metamorfosis."
Conquistando los pensamientos inútiles
"Los síntomas de los pensamientos inútiles son sentimientos de angustia, pérdida de felicidad o de bienestar, una mente alterada llena de confusión o incapacidad para tomar decisiones precisas.
Pensar una y otra vez sobre una acción desafortunada ya realizada no es una forma correcta de usar el tiempo. Arrepentirse es bueno si se reconoce como el medio de llevar a cabo una transformación. Sin embargo, la transformación del ser debería suceder en el momento en que hay comprensión y reconciliación. En ese momento, deberíamos discernir si algo fue correcto o erróneo. Después, en un segundo, decidir qué acción o acciones evitaremos de ahora en adelante y qué acción o acciones serán las que potenciaremos en su lugar. El poder de esta decisión debería aportarnos la experiencia de la felicidad del logro para el futuro.
La práctica de pasar el tiempo pensando sobre las debilidades de los demás nos hace descender a las esferas de influencia de los demás. De esta forma, uno se influye por la carga de pensamientos, en vez de ser él el que influye sobre los mismos. Para acabar con la costumbre de habitar en el vacío de las debilidades de los demás hay que pensar sobre las propias virtudes, valores y fortalezas así como en lo que falta en la propia esfera de influencia. ¿Qué virtud personifiqué hoy? ¿Qué fortaleza debería haber experimentado, sobre la que trabajaré mañana? ¿Qué valor demostré? ¿Qué necesita desarrollarse aún?
El poder de controlar los pensamientos comienza con:
1) El compromiso con la creencia de que uno tiene una habilidad innata para cambiar los pensamientos inútiles en pensamientos valiosos, y
2) Hacerse responsable de los pensamientos, que son las semillas de los sentimientos, las palabras y las acciones. La práctica de desarrollar el poder de controlar consiste en examinar y cambiar a conciencia la calidad y la dirección de los pensamientos."
Brahma Kumaris
Pensar una y otra vez sobre una acción desafortunada ya realizada no es una forma correcta de usar el tiempo. Arrepentirse es bueno si se reconoce como el medio de llevar a cabo una transformación. Sin embargo, la transformación del ser debería suceder en el momento en que hay comprensión y reconciliación. En ese momento, deberíamos discernir si algo fue correcto o erróneo. Después, en un segundo, decidir qué acción o acciones evitaremos de ahora en adelante y qué acción o acciones serán las que potenciaremos en su lugar. El poder de esta decisión debería aportarnos la experiencia de la felicidad del logro para el futuro.
La práctica de pasar el tiempo pensando sobre las debilidades de los demás nos hace descender a las esferas de influencia de los demás. De esta forma, uno se influye por la carga de pensamientos, en vez de ser él el que influye sobre los mismos. Para acabar con la costumbre de habitar en el vacío de las debilidades de los demás hay que pensar sobre las propias virtudes, valores y fortalezas así como en lo que falta en la propia esfera de influencia. ¿Qué virtud personifiqué hoy? ¿Qué fortaleza debería haber experimentado, sobre la que trabajaré mañana? ¿Qué valor demostré? ¿Qué necesita desarrollarse aún?
El poder de controlar los pensamientos comienza con:
1) El compromiso con la creencia de que uno tiene una habilidad innata para cambiar los pensamientos inútiles en pensamientos valiosos, y
2) Hacerse responsable de los pensamientos, que son las semillas de los sentimientos, las palabras y las acciones. La práctica de desarrollar el poder de controlar consiste en examinar y cambiar a conciencia la calidad y la dirección de los pensamientos."
Brahma Kumaris
domingo, 4 de mayo de 2014
Zambúllete en la experiencia…
"Estaba en la playa con su padre y él le pidió que probara si la temperatura del agua era buena.
Ella tenía cinco años y se entusiasmó de poder ayudar; fue hasta la orilla del mar y se mojó los pies.
-Metí los pies. Está fría- le dijo.
El padre la tomó en brazos, fue con ella hasta la orilla del mar y sin ningún aviso la tiró dentro del agua.
Ella se asustó pero después se divirtió con la broma.
-¿Cómo está el agua?- preguntó el padre.
-Está buena- respondió.
-Entonces, de aquí en adelante, cuando quieras saber alguna cosa, zambúllete en ella."
Paulo Coelho
La columna vertebral - Alejandro Jodorowsky
Nuestra columna es el eje central de nuestro cuerpo, el sostén que nos permite mantenernos erguidos, ese andamiaje que soporta los avatares del tiempo y que de alguna forma revela, a la larga, la posición que adoptamos ante las situaciones que se nos presenta. En ella encontramos reflejada nuestra aceptación o negación, nuestras responsabilidades y nuestros pesares, nuestro sentir profundo…
Les dejo a continuación un artículo de Alejandro Jodorowsky muy apropiado al tema, deseo lo disfruten.
Mi amor!
Tammy.
"La columna vertebral parece estar conectada con los fundamentos más profundos de donde surgen nuestras creencias…
Cuanto más encorvada camina una persona, más metida dentro de sí misma va por la vida. Los antropólogos nos enseñan la importancia que tuvo en la evolución del sistema nervioso de los homínidos, el hecho de caminar erectos, utilizar nuestras extremidades anteriores y mirar bien al frente, a un amplio horizonte.
La mayor parte de los problemas de espalda se relacionan con el apoyo. Cuando nos empeñamos en cargar con las responsabilidades de los otros, la ausencia de ayuda o apoyo puede provocar un dolor de espalda. Hay expresiones populares que confirman estas asociaciones: “cargar con todos los problemas”, o bien “cargamos con la cruz que nos toca”. En cualquier caso, nuestro cuerpo notará el peso que supone cargar con problemas ajenos
Otra expresión con la que estamos expresando nuestra candidatura a sufrir de la espalda: “me siento poco apoyado en la vida”.
La espalda también simboliza aquella parte de nosotros que no vemos o no queremos ver, la “sombra”. Por ese motivo, la espalda puede dolernos cuando dejamos situaciones sin resolver.
Si decimos, “yo me lo echo todo a la espalda”, ésta terminará quejándose de la cantidad de peso que le echamos.
Centrándonos en la columna vertebral, esta es un tubo óseo largo y flexible que sostiene la cabeza y se apoya en la cadera. Formada por treinta y tres vértebras superpuestas que se distribuyen en: cervicales, dorsales, lumbares, sacras y coccígeas. En palabras de la maga-masajista Doña Magdalena a Alejandro Jodorowsky (“El maestro y las magas”): “…cada vértebra de la sagrada columna es un escalón que te lleva de la tierra al cielo. Desde la grandeza y potencia de las lumbares, trepa hacia las sentimentales dorsales y llega a las lúcidas cervicales, para recibir la caja craneana, cofre de los tesoros…
Podríamos considerarla como el símbolo de la firmeza interior, los problemas aparecen cuando somos inflexibles, cuando nos anquilosamos a nivel de ideas, de emociones, creativa o materialmente.
Relacionándola con los egos, podríamos decir que la parte alta está conectada con nuestro ego intelectual, la zona media con lo emocional y la parte baja con lo sexual y material. Este sería un esquema muy básico para averiguar el origen del dolor…
La columna vertebral es también un eje equilibrador de nuestro desmembrado cuerpo. Una lucha de poder entre los padres, o entre las familias de ambos, padre y madre, podría producir en el hijo una escoliosis o desviación de columna.
En realidad hay muchas patologías asociadas a la columna: Fractura vertebral, hernia de disco, dolor de espalda, artrosis, lumbalgia, cervicalgia, cervicobraquialgia, dorsalgia, lumbociatialgia, quistes, tumores, listesis, ciatica, deformación del raquis…
Estaría muy bien tratar de observar nuestras dolencias con “otra mirada”. "
Alejandro Jodorowsky
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