miércoles, 18 de mayo de 2011

Cambiar nuestra propia historia

Cada uno de nosotros lleva consigo su propio libro de cuentos. En el ha quedado plasmado todo nuestro acontecer, toda nuestra programación, todas nuestras conexiones neuronales,  llevamos nuestros principes, nuestras hadas, todo...

Hay partes de este libro que no nos agradan, de hecho nos hacen sentir temor, nos enfrentan a los dragones a las brujas malvadas, personajes muy nuestros pero que nos paralizan...


Si deseamos cambiar esa historia y comenzar una nueva debemos enfocarnos el actor principal de la historia, nosotros mismos. Me pareció muy interesante el enfoque que nos deja Don Miguel Ruiz en este fragmento de su libro  "La Voz del conocimiento ". Disfrúten la lectura, comencemos con el cambio!!! 


"La vida en este cuerpo físico es muy corta, aún cuando lleguemos a vivir cien años. Cuando descubrí esto, decidí no perder mi tiempo en crear conflictos, en especial con las personas que amo. Quiero disfrutar de ellas, y lo hago amándolas por ser quienes son, no por lo creen. La historia que la gente crea no es importante. No me importa si la historia de mi madre no concuerda con la mía; la amo y disfruto de su presencia. Sé no imponerle mi historia; no impongo mi historia sobre nadie. Respeto su historia, escucho su historia y no la censuro.

Si otra persona intenta ecribir tu historia, significa que no te respetan. No te respetan porque consideran que no eres un buen artista, que no puedes escribir tu propia historia, aún cuando naciste para escribir tu propia historia. El respeto proviene directamente del amor; es una de las grandes expresiones de amor.

Tambien me respeto a mí mismo y no permito que nadie escriba mi historia. Mi historia es mi responsabilidad; es mi creación. Yo soy el artísta y respeto mi propio arte. Puedo comparar mi arte con el de otras personas, pero yo tomo mis propias decisiones y me responsabilizo de mi creación. Cuando me dí cuenta por primera vez que no me gustaba mi historia, pense: "De acuerdo, el autor soy yo. Cambiaré mi historia". Lo intenté y fracasé. Y lo volví a intentar y volví a fracacas muchas veces, porque estaba intentando cambiar todos los personajes secundarios de mi historia. Creí que si cambiaba los personajes secundarios, estaba cambiando mi historia, !y no era verdad en absoluto!

El problema no reside en los personajes secundarios de nuestra historia. Lo que vemos en ellos no es más que una proyección de lo que creemos, y ése es un problema secundario. El problema más importante lo tenemos con el personaje principal de la historia. Si no nos gusta nuestra historia es porque no nos gusta lo que creemos sobre este personaje. Sólo hay un medio para cambiar nuestra historia, y consiste en cambiar lo que creemos sobre nosotros mismos..
Este es un gran paso en la maestría de darse cuenta.Si eliminamos las mentiras que creemo sobre nosotros, las mentiras que creemos sobre todas las demás personas cambiarán casi como si fuera por arte de magia."

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